Que la mafia nigeriana tiene un fuerte poder en Camerún es una evidencia, y que se ha extendido a prácticamente todos los países de África, también. Tiene dos puertas que maneja con destreza: el Mediterráneo, a través de Argelia y Libia (con más dificultad por Marruecos y Egipto); y el Atlántico, por rutas abiertas por todos los países de África occidental.
Los investigadores del Grupo de Delincuencia Económica de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Alicante, han dado con uno de los tentáculos de los nigerianos, formado por un grupo de sujetos llegados de Camerún y Argelia, de entre 24 y 46 años, y afincados en Alicante; concretamente, en la capital y en los municipios de Elche, Novelda, San Vicente del Raspeig y Muchamiel.
Acusados de estafa, usurpación de identidad y receptación, esta célula africana ha contado con la ayuda de algún repartidor de paquetería español, que les hacía el delito más fácil. Su organización, vinculada a las tramas nigerianas de robo de tarjetas bancarias en Europa, les ha creado una infraestructura jerarquizada, de tal modo que los residentes en tierras malagueñas recibían el plástico y lo usaban para hacer compras masivas en Internet, se calcula que por valor de más de 300 euros.
Adquirían móviles, material informático, comida, pañales, muebles, electrodomésticos, ropa… que ocultaban sus mujeres y familiares en las casas, hasta poder dar salida a la mercancía. Unos productos los enviaban en contenedores a sus tiendas (varias) de Camerún; otros, los vendían en comercios de segunda mano o por webs, y hasta se habían especializado en la compra masiva de cápsulas de café que, esas sí, iban a Argelia.
En los 7 registros, se han interviniendo 12 euros, cientos de productos de todo tipo, gran cantidad de tarjetas de crédito y documentación ajena. Los beneficios de España los enviaban a sus países y eran tan abultados que han llegado a invertir en monedas virtuales.
En el dispositivo policial que iba tras ellos han participaron más de 70 agentes.