Lo de la prostitución, la droga, el blanqueo y las documentaciones falsas, y hasta lo de los mendigos en las calles, lo sabemos; pero la mafia rumana, siempre dispuesta a esclavizar a sus compatriotas más débiles, nos sorprende con este nuevo segmento de mercado delictivo: les obligan a trabajar de estatuas humanas y mimos, sin descanso ni comida y sin importar las condiciones climatológicas.
Y si no es suficiente, en nuestro país vivían hacinadas en infraviviendas. Se ha liberado a 10 víctimas: 4 hombres y 6 mujeres, algunas de ellas también prostituidas en un club de Santiago de Compostela (A Coruña), y se ha detenido a 3 individuos, además de solicitar 3 Órdenes Europeas de Detención y Extradición, para los miembros residentes fuera de España.
Los agentes de la Policía Nacional han desarticulado esta red de trata de seres humanos con fines de explotación para la mendicidad y sexual, preferentemente con minusvalías físicas y psíquicas. El primero de los engaños era ofrecer a las víctimas una falsa promesa de trabajo en España, asegurándoles la vivienda y un trabajo en el sector de la hostelería.
Viajaran hasta España, algunos de ellos acompañados de sus familias, y trasladados hasta A Coruña, donde eran alojados en infraviviendas que controlaba la organización. Los inmuebles tenían unas condiciones de salubridad, higiene y seguridad deplorables donde las víctimas permanecían hacinadas.