Vivía en un coche a escasos metros de donde sus 300 ovejas y cabras han muerto de hambre y sed. Ahora, este individuo de 48 años, ha sido arrestado, después de que en abril, los vecinos de Ontiñena (Huesca), denunciaran a la Guardia Civil que había ocupado con su ganado una paridera. Entonces, se desplazaron al lugar, donde encontraron los 3 cientos de animales, algunos en mal estado de nutrición y cuidados.
A lo largo de estos meses se ha constatado que la salud del rebaño empeoraba, al punto que se avisó a los servicios de las Oficinas Comarcales Agroambientales (OCA) de Fraga, quien tomó la decisión de proporcionar pienso y agua a los animales, para que no murieran de inanición, y posteriormente decretó que había que sacar a la cabaña de ese lugar cuanto antes.
El 13 de septiembre se acordó matar al ganado, porque según los veterinarios ya no era recuperable, porque estaban extremadamente delgados y débiles. En ese momento había 162 animales vivos, algunos en pésimas condiciones e incluso agonizantes, y 5 muertos; y el propietario no aparecía.
Los investigadores localizaron a los otros 138 de los 300 vistos en abril, en un lugar ubicado a medio kilómetro de la paridera, en una zona alta de un campo, donde los buitres se los habían comido y solo quedaban algunos restos de los cadáveres.
Días más tarde consiguieron dar con el paradero del propietario y le apresaron.