Los Charlines, históricos narcotraficantes gallegos, vuelven a la crónica de sucesos, si es que han salido de ella alguna vez. Desde primeras horas de la mañana, policías nacionales han actuado en simultáneo, con registros domiciliarios y de empresas, a la par que detenciones.
Se habla de 18 apresados, en unas primeras informaciones que apuntan a que, entre ellos, hay un conocido hostelero y varios empresarios gallegos. El número de registros se acerca a la veintena, en los que los investigadores buscan droga y documentación, que acrediten las sospechas de blanqueo de capitales. Han entrado en el pazo de Charlín padre, al que se han llevado a comisaría, junto a uno de sus hijos.
La operación continúa en marcha y, a la espera de confirmar datos, el punto y seguido vendrá de la negativa de los detenidos a declarar en dependencias policiales y, casi con seguridad ante el juez. Una de las familias gallegas más ilustres en el contrabando de tabaco, tráfico de cocaína y hachís, tienen una sólida experiencia en este tipo de redadas policiales, lo mismo que en su paso por prisión.