Está considerado, por la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional, como el más peligroso pedófilo, con residencia en España, de los últimos años. Es un rumano que trabajaba y vivía en una localidad cerca de Madrid, y cuya pista llegó a los investigadores españoles a través de la Task Force Argos, de la policía de Queensland (Australia), que compartió en la base de datos International Child Sexual Exploitation (ICSE), una serie de vídeos en los que aparecían varias menores rumanas, víctimas de abusos por un adulto.
En las cintas se muestra a 5 niñas, de entre 5 y 7 años, en distintas viviendas y en diferentes situaciones. En unas imágenes aparecen cuando utilizan el cuarto de baño de sus domicilios y, en otras, eran víctimas del abuso del pedófilo, que las enredaba y confundía utilizando la amistad que le unía a los padres de las pequeñas.
El estudio pormenorizado de cada fotograma llevó a los policías a seleccionar una serie de objetos que se veían en los vídeos, así como a crear el perfil del pedófilo, mediante el estudio de sus manos que, concluyeron, podían ser de un hombre que trabajaba de mecánico de automóviles. Además, mostraba un tatuaje, en una de ellas, que ha sido determinante en esta investigación.
Con todos los indicios y, mientras que un equipo de trabajo continuaba con el análisis de las grabaciones, otro grupo comenzó a peinar una localidad madrileña que reúne entre sus vecinos a un gran número de rumanos. Peinaron los talleres mecánicos, hasta dar con un individuo que tenía el perfil diseñado por los expertos.
Así ha sido, el sospechoso tenía el tatuaje en una de sus manos, acudía a varios domicilios de compatriotas con hijas menores y manejaba con mucha frecuencia su móvil. Los profesionales siguieron sus pasos durante varias jornadas, hasta que la orden judicial les permitió darle el alto e identificarle. En el momento de su detención portaba el teléfono, donde se han hallado cientos de vídeos e intercambios pedófilos.
En el registro de su vivienda han encontrado 5 microcámaras de vídeo, con las que filmaba a las menores, que han sido identificadas por sus padres, cuando se les ha informado de los abusos que han sufrido.