La semana pasada se asistió a una nueva búsqueda fallida del cuerpo de la joven Marta del Castillo, tras el informe presentado por su padre en diciembre del pasado año. Después de duras jornadas en el río Guadalquivir, la investigación ha concluido sin ningún rastro de la joven. Ante esta negativa, el padre de la desaparecida, Antonio del Castillo, acudiría a la cárcel de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) para encontrarse con el asesino confeso de Marta, Miguel Carcaño, condenado a 21 años de prisión. «Me decidí, no tenía nada que perder; ochocientos kilómetros y un día es lo único que pierdo», afirma Del Castillo.
En esta entrevista estuvieron partícipes únicamente Antonio del Castillo, el asesino confeso Miguel Carcaño y un funcionario de prisión. Al comenzar el encuentro el padre de la joven se estrecharía la mano con Carcaño, al que encontró “demacrado y cabizbajo”. En este encuentro Miguel afirmaría de forma rotunda como el cuerpo de la joven no se encontraba en el rio Guadalquivir, sino que habría sido trasladado a una finca cerca de La Rinconada, llamada La Majaloba. Este testimonio, sigue sin ser eficaz para la policía, ya que este terreno fue examinado en busca de restos humanos en el verano del año 2013.
Otro de los puntos que se trató en esta entrevista sería el relato de la muerte de Marta, donde Carcaño inculpa a su hermano Francisco Javier. Es el propio Miguel, el que afirma como su hermano dio un golpe con la culata de un arma a la joven desaparecida, siendo posteriormente el protagonista principal de las labores para deshacerse del cuerpo. En este traslado de los restos de la joven, Carcaño afirma como su hermano habría sido el responsable de trasladarlos de la finca de la Majaloba a otro punto para que no fueran encontrados. «Me dijo que su hermano, la ha tenido que cambiar de sitio, son palabras textuales» justificaba el padre de la joven.