La investigación comenzó tras una denuncia de dos rumanas que manifestaron estar explotadas sexualmente.
La organización captó a estas mujeres en Rumanía engañándolas con falsas promesas de trabajo y siendo trasladadas a España en compañía de un integrante del grupo. Una vez en España, otro miembro de la organización las obligaba a ejercer la prostitución en polígonos madrileños bajo sucesivas amenazas y agresiones físicas. Uno de los detenidos llegó incluso a grabar con su móvil una agresión sexual a una de las mujeres.
Los detenidos están acusados de un presunto delito de trata de seres humanos para explotación sexual y de un posible delito de agresión sexual.
La investigación sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones.