La Guardia Civil de Tarragona ha desarticulado una organización, afincada en la provincia de Barcelona, dedicada al tráfico de hachís por vía marítima y terrestre, desde el norte de África a las costas españolas. En la operación se ha detenido a 11 personas, entre los que se encuentra el cabecilla de la red, y se han intervenido 1.045 kilos de hachís, 580 gramos de cocaína, 73 envases que contenían 2.200 litros de gasolina, dinero en efectivo y material relacionado con la actividad de la organización.
La investigación se inició en 2016, cuando los agentes, a través del sistema integral de vigilancia exterior (SIVE), detectaron una embarcación que se encontraba costeando a poca velocidad en las aguas marítimas próximas a Ametlla de Mar (Tarragona).
Ante las sospechas de que pudiera tratarse de una embarcación cargada de droga, los agentes establecieron un dispositivo para interceptar dicha embarcación. Una vez en el lugar constataron que a pie de playa se encontraba un vehículo con las puertas abiertas, una embarcación neumática, varios bultos empaquetados y un grupo de personas que descargaban la mercancía que transportaba la embarcación.
Huída a nado
Al ver a la Guardia Civil, sospechosos emprendieron la huida a nado, en la oscuridad de la noche, y se subieron en la embarcación, abandonando los fardos y el vehículo. Fruto de esta actuación se intervinieron 716 kilogramos de hachís.
La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Tarragona, estableció una línea de investigación para localizar a los integrantes de la organización, que pretendían alijar la partida de hachís interceptada.
Choque contra una patrulla
Paralelamente, en diciembre del pasado año, cuando los agentes dieron el alto a un coche que circulaba por la autovía A-7, éste chocó con el vehículo oficial. Los ocupantes fueron arrestados por un delito contra la seguridad vial y atentado a los agentes de la autoridad. La sorpresa llegó con el registro del automóvil, en el que transportaban 318 kilos de hachís.
Continuando con las investigaciones, los agentes desvelaron que se realizaban, habitualmente, transportes regulares de hachís, desde el norte de África a las costas españolas, mediante alijos en el litoral y por vía terrestre. La red contaba con un grupo activo de colaboradores que se encargaban de recepcionar los envíos y custodiar las partidas de droga en guarderías.
La organización de tráfico de estupefaciente quedó desmantelada, con nueve detenidos (7 de ellos de nacionalidad marroquí y 2 españoles), en diferentes poblaciones de la provincia de Barcelona, y 5 registros en inmuebles de las localidades de Sant Vicent dels Horts, Sant Pere de Ribes, Viladecans y Sant Celoni.