La Guardia Civil ha rescatado y auxiliado en el puerto de Melilla a 8 personas de origen magrebí, ocultas entre la carga de un camión que transportaba chatarra y se disponía a embarcar en un buque con destino a otro puerto. El servicio se ha realizado durante el registro previo a los embarques, que a diario se hacen a todo tipo de vehículos, para evitar la inmigración irregular y evitar riesgos para estas personas.
Se cuelan por la noche
Los inmigrantes son conocedores de los movimientos, ruta, desplazamientos y forma de manipulación de los vehículos que transportan mercancía como chatarra, cenizas, balas de cartón compactadas, o cementeras, y aprovechan la noche en el lugar donde se encuentran estacionados, para construir entre la chatarra una especie de ‘nidos’ o ‘minas’, antes de que los operarios inicien con la grúa la estiba de la carga.
‘Nidos’
Para ello, utilizan materiales rudimentarios como un trozo de madera, o un trozo de chapa, a modo de techo, y allí se esconden y aguardan hasta que el vehículo se carga al día siguiente, a sabiendas de que una vez terminada la carga, sale en dirección a otro puerto para su embarque.
Ocultos durante días
Este procedimiento es muy peligroso por las múltiples aristas y objetos cortantes que tiene la chatarra, por su peso e inestabilidad. Además, una vez dentro de este espacio tan reducido y peligroso, pueden permanecer muchas horas o incluso días, a la espera que se complete la carga y que se disponga su embarque.
Detectores de latidos
Para tratar de paliar esta situación, la Guardia Civil dispone en el puerto de máquinas con detectores de latidos del corazón y perros especializados en la búsqueda de personas ocultas, única forma de que se pueda advertir la presencia de estas personas ocultas y en riesgo. De hecho, muchas veces pueden pasar horas hasta que se localiza ‘el nido’, sepultado bajo cientos de kilos de chatarra.
Riesgo para los agentes
Llegar hasta esos ‘nidos’, es muy laboriosa y conlleva también riesgo para los guardias civiles, si bien, la situación en la que se encuentran estas personas obliga a localizarlos para evitar una desgracia. En esta ocasión, habían utilizado para la construcción del ‘nido’ una puerta de madera, para evitar que la chatarra les sepultase.