Agentes de la Policía Nacional, en una macro operación contra el maltrato animal desarrollada en Madrid, Alicante, Murcia y Tenerife, han rescatado a 230 perros entrenados y destinados a participar en peleas a muerte. Los policías irrumpieron en un combate, que se celebraba en Tenerife, y en el que tenían previsto desarrollar otras cuatro peleas. Las peleas ilegales eran organizadas por un grupo criminal que suministraba anabolizantes a los animales y que se financiaba con el tráfico de estupefacientes.
Durante las investigaciones han sido detenidas 34 personas, en cuatro provincias, y se han desmantelado tres plantaciones de marihuana, con un total de 800 plantas. Todos los canes han sido acogidos a través de asociaciones protectoras y entes oficiales.
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En septiembre de 2016 los investigadores recibieron información de una asociación de protección canina, sobre una persona que presuntamente participaría en peleas de perros en la localidad madrileña de Fuente el Saz. Los agentes determinaron exactamente qué personas formaban parte de su entorno y los lugares de reunión que utilizaban para planificar y desarrollar sus actuaciones ilícitas.
Peleas de perros, tráfico de drogas y blanqueo
Desde el primer momento se apreciaron indicios de su pertenencia a una organización que actuaba en el ámbito nacional, dedicada a convocar peleas de perros. Este grupo estaba a cargo de un circuito nacional de peleas, en distintas provincias: Murcia, Alicante o Santa Cruz de Tenerife. Además, se hallaron conexiones de los investigados con el tráfico de drogas y el blanqueo de capitales.
Uno de los investigados, conocido dentro de la organización como El Maestro y asentado en Madrid, se dedicaba a “jugar” perros en Emiratos Árabes, Tailandia o México. A estas peleas en el extranjero acudían canes que hubieran sobrevivido en el circuito nacional a tres o más combates, como vencedores, y con más agresividad. Los perros utilizados en las peleas -o “fiestas” como las denominaban los integrantes de la organización- eran sometidos a entrenamientos extremos y cruces forzados, además de potenciar sus características físicas con anabolizantes.
Perros robados para utilizarlos como sparring
Las pesquisas continuaron, hasta identificar a todos los responsables de los combates y a aquellos otros miembros de la organización, con diferentes funciones como la obtención de recetas para dopar a los animales, localizar lugares para las peleas, ubicar la producción de estupefacientes (marihuana), la obtención de armas y la gestión de los cementerios donde ocultaban los cadáveres de animales no aptos para las peleas. Otro de los investigados, residente en Adeje (Tenerife), tenía en deplorables condiciones de vida a más de 40 perros preparados para pelear, la mayoría de ellos sin código de identificación.
La organización robaba perros en fincas, para usarlos como ‘sparring’. Se apoderaban de animales de similar tamaño y peso a los exigidos en las competiciones, para cada una de las categorías establecidas, y los usaban para entrenar a los perros ya adiestrados para la lucha.
En Tenerife
Tras más de seis meses de trabajo, se averiguó que después de un intento frustrado de hacer un campeonato en Murcia, trasladaron la celebración del mismo a Tenerife, lugar en el que se iban a disputar al menos cuatro peleas clandestinas de perros. Los agentes localizaron el lugar irrumpiendo en el mismo en la segunda peleas.
Se han llevado a cabo actuaciones paralelas en Madrid, Murcia, Alicante y Tenerife, para desmantelar al resto de la organización. En total se ha detenido a 34 personas por delitos de organización criminal, delito continuado de maltrato animal, contra la salud pública: tráfico de estupefacientes e ilegal de medicamentos, blanqueo de capitales y omisión del deber de perseguir delitos.
Se han practicado 17 registros domiciliarios en los que han rescatado a 230 perros y se han incautado de una pistola y un revólver, 3 plantaciones de marihuana (800 plantas adultas), 4 kg de marihuana seca, 40 gramos de cocaína y 200 gramos de hachís, 30 euros, sistemas de entrenamiento específico canino extremo y diferentes sustancias como anabolizantes, testosterona, hormonas, diuréticos o material eutanásico.