Un hombre fallecía tiroteado a las puertas de la iglesia Virgen del Rocío de Marbella, en Málaga, a la salida de la comunión de su hijo. David Ávila Ramos, "el Maradona", se encontraba en el interior de su coche acompañado por su esposa y sus dos hijos cuando se produjo el asesinato. Tenía 36 años.
Un individuo oculto bajo un casco se acercó en motocicleta hacia el coche donde se encontrada David. De un golpe seco rompió la ventanilla del conductor para, segundos después, disparar a bocajarro tres veces en el cuerpo del hombre, acabando con su vida. Los hijos, asustados, entraron en la parroquia gritando: "A mi padre le han metido dos tiros". La madre, mientras tanto, intentaba salvarle la vida a su marido. Fue ella misma quien ordenó a sus hijos que fueran a pedir ayuda.
La familia se disponía a abandonar la iglesia para acudir al banquete. Los médicos del Hospital Costa del Sol no pudieron hacer nada por salvar el vida. Ingresó en estado critico por dos disparos, uno en el pecho y otro en la cabeza. La Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación para intentar resolver el caso y detener al asesino. Era un hombre conocido en el pueblo porque regentaba un gimnasio y un chiringuito. Todo apunta a que fue un ajuste de cuentas.