La Guardia Civil fue a una vivienda de Arévalo (Ávila) por un aviso de accidente doméstico. En el lugar, un chalet, los servicios sanitarios atienden a un hombre que, manipulando una especie de artefacto militar antiguo, provocó una explosión que pudo ser oída por varios vecinos, alguno de ellos se acercaron para prestar ayuda.
Los sanitarios piden a los agentes que les acompañen al garaje de la vivienda, a recoger varios dedos de la persona herida, ya que la explosión se los había arrancado y había artefactos explosivos en el lugar.
Ante la gravedad de la situación, se puso en conocimiento de los Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos, con base en Valdemoro (Madrid), para que se encargaran de neutralizar, desactivar e intervenir.
Se comunicó la situación a la Autoridad Judicial, quién autorizó el perímetro de seguridad, el precinto de la vivienda y el desalojo de todos los vecinos colindantes, por riesgo real, hasta la llegada de los especialistas, quienes se hicieron cargo de controlar y retirar todo el material.
El accidentado, que fue trasladado por el 1-1-2, al Hospital Clínico de Salamanca, acumulaba en otra vivienda de Madrid gran cantidad de granadas, municiones de artillería y de mortero que también han tenido que ser retirados.
Continúa la investigación para esclarecer el origen del material, probablemente conseguido en lugares de batalla de la Guerra Civil.