Un hombre moría ayer con un disparo en al cabeza en la calle Fernando el Católico 4, en pleno centro de Madrid. Luis Romero Durán tenía 31 años y salía junto a sus padres y su mujer de un despacho de abogados, con los que estuvo preparando su defensa de cara al próximo lunes, día en el que los tres se sentaban delante del juez acusados de matar a su suegro hace dos años y medio, en octubre de 2015.
No obstante, Durán no se enfrentará nunca a la Justicia: a las 18.30 horas, tres individuos bajaron de un BMW y, antes de que Luis pudiera cruzar la calle, le dispararon. Hubo varios disparos, según los testigos, pero solo una bala penetró en el cráneo de “Luisisto”, como se le conocía por la zona. Se sospecha que uno de los asesinos es hermano de Yolanda, la mujer de Durán porque, al intentar consolar a su suegra, esta le respondió: “¡No te acerques! Habéis matado a mi hijo!”.
La víctima entró en parada cardiorrespiratoria. El Samur intentó reanimarlo durante 30 minutos, pero nada pudieron hacer por salvarle al vida.
El coche que se vio en el distrito de Moncloa, el lugar de los hechos, apareció quemado en el municipio de Pozuelo de Alarcón horas después. Los padres de la víctima fueron trasladados al Hospital Clínico de Madrid para ser atendidos de un cuadro de ansiedad.
Según la Justicia, las familias de la pareja eran rivales desde la muerte del padre de Yolanda. Luis y Rafael, su padre, en un permiso que tenía el hijo del 28 de septiembre de 2015 al 2 de octubre, asesinaron a tiros a Juan Fernández San Segundo, su suegro, en una nave madrileña. Tras el suceso, huyeron a Gerona con sus mujeres, pero fueron detenidos. Por el crimen pedían a Luis una condena de 21 años; a los otros tres acusados, 19 años y medio.