Escándalo en Mallorca, una isla turística por excelencia, donde los policías nacionales han localizado a 1 empresario cárnico y 2 encargados, con 50 toneladas de alimentos caducados, descongelados con agua caliente, con etiquetas falsificadas y añadidos de vísceras y sangre de cerdo a la carne picada, para aumentar su peso.
Todo esto lo vendían a restaurantes, hoteles y colegios de la Isla.
Esta es la historia
Los agentes de la Policía Nacional, en colaboración con el servicio de Seguridad Alimentaria de la Dirección General de Salud Pública y Participación de la Consejería de Salud de Baleares, han detenido en Mallorca al dueño de una empresa cárnica y a 2 de sus encargados, por la distribución de alimentos en un estado que pone en peligro la salud de los consumidores.
Congelados caducados
Se han intervenido 50 toneladas de productos congelados caducados y manipulados que se distribuían en restaurantes, hoteles y centros escolares de la isla. Los detenidos cambiaban y falsificaban las etiquetas originales, descongelaban los productos en agua caliente o les añadían vísceras y sangre de cerdo para aumentar su peso, con la bacteria de la salmonella en una partida de carne. A los tres arrestados se les imputa un delito contra la salud pública, falsedad documental, delitos contra los trabajadores y contra la seguridad social.
En dos naves
Las investigaciones se iniciaron a principios de marzo. Los agentes tuvieron conocimiento de que una empresa cárnica, ubicada Marratxi, incumplía la normativa sanitaria sobre la distribución y almacenaje de alimentos, además de atentar contra los derechos de los trabajadores.
7 visitas
Los agentes realizaron 7 visitas a las instalaciones de la empresa, a proveedores y a establecimientos clientes.
Se dio con dos naves industriales, una propiedad del empresario, y un espacio alquilado en una segunda nave, donde se detectaron irregularidades sanitarias y laborales.
Registro
En el registro de la nave propiedad del empresario, se localizó una cámara de congelación que contenía más de 30 kilos de carne congelada caducada, modificada, manipulada, sin identificación o trazabilidad. Se hallaron productos alimentarios como latas en conserva, salmón ahumado, pulpo cocido y otros comestibles, cuya fecha de caducidad se encontraba vencida, en algunos casos, desde hacía 3 años.
Carne caducada
Durante el operativo se precinto un espacio que el empresario tenía alquilado en una nave de Palma. En ella guardaba unos 7 kilos de carne congelada que al igual que las anteriores se encontraban caducadas o sin etiqueta.
Agua caliente
Si bien el producto en sus inicios era bueno, la empresa no respetaba la normativa sanitaria de almacenamiento y distribución. Descongelaba los productos cárnicos en agua caliente y vendía los productos frescos caducados, tras falsificar las etiquetas originales.
Restaurantes, hoteles y colegios
Entre sus clientes tenían diferentes restaurantes, hoteles y numerosos centros escolares de Mallorca. Los agentes pudieron constatar que, en varias ocasiones, cuando conocían que sus clientes no controlaban el peso de la compra, abusaban de esa confianza para facturarle un peso superior al entregado.
A ti, o a otro
Si un cliente devolvía el género, porque estaba en malas condiciones, optaban por quitar o limpiar las partes afectadas, para volver a ser congelado y, posteriormente, suministrado a otro cliente de forma directa o en carne picada.
Salmonella
La falta de higiene de los alimentos se pudo comprobar al detectar la bacteria de salmonella, en una partida de carne picada de ternera a la que, además, habían añadido vísceras y sangre de cerdo, para aumentar su peso.
Peligro
Las deficiencias sanitarias observadas constituyen un peligro para la salud pública por lo que, en diferentes actuaciones, se ordenó la suspensión de actividades, se precintaron congeladores y se inmovilizaron unas 50 toneladas de productos. Actualmente, la actividad sigue suspendida.
Delito contra los trabajadores
Durante las investigaciones se ha determinado que los detenidos, de forma continuada, incumplían la normativa legal de los derechos de los trabajadores, con jornadas de 60 horas semanales en algunas ocasiones, sin derecho a pagas extras y en algunos casos a vacaciones, y les obligaban a firmar nominas por importes superiores a los que realmente cobraban.
Ellos, que paguen
Los empleados tenían que comprarse su propio material, para trabajar: cuchillos y guantes metálicos, para el corte de carne; ropa, para el trabajo en frío, e incluso en algún caso, aportar su vehículo particular no refrigerado, para transportar el género.