Qué bonito es un perrito o un gatito pequeño, qué gracia hacen cuando están detrás del dueño día y noche pidiéndole cariño. Pero el problema no es ese, es que esos animales crecen, hay que educarlos para que hagan sus necesidades en la calle, para que no muerdan o destrocen parte del mobiliario.
Es una tremenda barbaridad la cantidad de mascotas que se abandonan y en las condiciones que se encuentran. Muchas redes sociales nos ofrecen historias que es inevitable que no arranquen un par de lágrimas.
Cada día más, la gente tiene mascotas y pretende que nazcan enseñados, que sean perros modelo y que nunca causen problemas, pero por desgracia, al igual que a los niños, se merecen una educación y muchas oportunidades.
Hay algunos que el único delito que han cometido ha sido nacer, no tener raza e ir directamente al matadero porque nadie los quiere. Es muy injusto que la sociedad no esté concienciada de que los animales son seres vivos y lo único que piden es cariño. Puede que no sean los animales de compañía perfectos, pero el amor que te dan es incondicional, aunque algunos humanos sean despiadados con ellos y los quieran para disfrutar maltratándolos.
[Sumario]
Como mero hecho informativo, hay una historia de un Akita Inu, un perro japonés que un profesor recibió como regalo por la muerte de su anterior perra. No quiero entrar en detalles, lo contaré con un breve resumen.
El profesor iba todos los días a trabajar a su escuela y para llegar tenía que coger un tren. Bien, su fiel perro lo recogía todos los días para caminar juntos hasta casa. Un día cualquiera el perro esperaba en la estación, pero no sabía que su dueño nunca llegaría porque su corazón se paró en plena clase.
Ese perro esperó en la estación durante 9 años a que su dueño volviera. Fueron muchos los que intentaron llevárselo sin ninguna mala fe, pero el no perdió la esperanza ni un sólo día. Finalmente murió, en esa misma estación.
Es posible que este acontecimiento no haya conmovido a nadie, pero si verdaderamente una persona tiene sentimientos, entenderán que los animales pueden llegar a querer a su dueño de una forma sobrenatural.
Miles de animales mutilados, golpeados, abandonados… y aún así, el animal sigue ahí, esperando que su dueño cambie de parecer y los golpes se transformen en caricias que jamás llegan.
Sinceramente me río cuando escucho que los pit bull son razas peligrosas. Disculpen, son razas fuertes y muy potentes, pero seguro que esas personas que tan neciamente juzgan a un perro por su raza, no sabrán que antiguamente se usaban para cuidar a los niños.
Los animales son como las personas, según la educación que reciban serán de un modo u otro y, por experiencia, les hablo de que he visto a un gran pastor alemán comer y beber cuando una niña que apenas sabía hablar se lo ordenaba. Puede que no lo crean, pero los animales hacen caso a los niños por su pureza, porque los pequeños ordenan y creen en su voluntad, en que son capaces de todo y el can obedece porque ahí es cuando acepta que ha llegado el líder de su manada.
Francamente, mi intención es simple. Concienciar, concienciar de que los animales no son un negocio, de que cuando visitas una perrera por primera vez hay animales en los que se pueden apreciar lágrimas, sentimientos de profunda tristeza por estar encerrados en una jaula que no supera los diez metros cuadrados. Eso se puede cambiar y dejar de comprar y vender animales para ser usados como perros de pelea o caer en manos inadecuadas.
Si un humano que ha robado, matado o cualquier delito semejante tiene oportunidad ha rehabilitarse y tener una segunda oportunidad, por qué un perro, gato o cualquier otro, no.
Hay muchas cosas que no entiendo, que escapan de mi conocimiento, pero sé lo que es tener mascotas, sé lo que es que llegues a casa y tu mascota te reciba como si hiciera años que no te ve, aunque solo hayan pasado cinco minutos.
Puede que no hablen, claro está, pero saben cuando necesitas un apoyo y cuando estás triste o alicaído por cualquier motivo. Lo intuyen y, sin pedir nada más que una simple caricia, te ayudan a sobrellevar mejor ese duro momento.
Hay personas que no quieren animales, porque no les gustan o por diversas razones, cosa que entiendo y respeto porque es algo totalmente razonable, pero no entiendo y nunca voy a respetar el maltrato. Si un perro es capaz de querer con un amor inquebrantable a su dueño de por vida, ese animal tiene mi respeto.
Dan mucho trabajo, no lo niego, pero si lo ponemos en una balanza el amor que son capaces de llegar a regalar pesa mucho más que cualquier inconveniente o desventaja que se pueda encontrar.
Podría llenar miles de líneas, pero no quiero aburrir. Solo una última cosa: ¿Quién es capaz de perdonar a una persona que intencionadamente te hiere psiquica o físicamente? Los animales domésticos, ellos lo son.