Tener la luz. Agarrarla, amarrarla. O vivir en la oscuridad. Desde ahí reside todo. Y el resto. Les cuento; los amigos preguntan por Alonso. Constantemente. También los otros. Comentaba un compañero después del primer viaje por tierras mexicanas llenas de esas de olores a goma quemada, de ruido silbador, de ambiente diferente a cualquier otro que ahora los Grandes Premios -con Liberty Media- se viven diferente, como en un entorno más abierto. O casi.
Pero hay una chica, muy de Alonso, que conocí en mi primer fin de semana de carreras en Barcelona hace un par de años, que a veces me escribe. Pero lo hace bien. Quiere saber de él. Pero bien. Y cuando los resultados y los momentos pesan… más aún. Como estos años. Pero también cuando las cosas pueden ir a mejor para tomar un rumbo más acomodado al suyo. ¿Crees que le brillan los ojos?, me pregunta. Al fin, le podré contestar que sí, que el astur volvió a tener ese brillo en los ojos. ¿Será el amor, sus nuevos proyectos? También…
[Sumario]
Porque es cierto que las cosas en los últimos tres años (incluso cuatro) no han sido como se prometía. No es nuevo, qué le vamos a contar, dirán. Pero mientras en la Fórmula 1 se andaba a gatas en un proyecto que terminó fallido entre las raíces angloniponas, se hacían nuevos aires fuera del globo del Gran Circo, con excursiones hacia las 500 millas de Indianápolis (saltándose carreras como la de Mónaco), con un resultado vacío pero con mucha vida y encuentro para Fernando y su afición con el firme propósito de volver para correr en aquel óvalo de la Indy.
Gracias a aquella experiencia en la que estuvo con opciones reales de ganar la gran cita americana, su gusanillo iba despertando más curiosidades de cara a afrontar –y ganar- la triple corona (GP Mónaco, 500 millas de Indianápolis y las 24h de Le Mans). Porque su mayor deseo es convertirse en el mejor piloto del mundo. Y eso se trata de hacerlo fuera…
Tanto así, que para ir abriendo boca de cara a la prueba de Resistencia, hizo su presencia en aquellas primeras 24 horas de Daytona, en Estados Unidos, con el equipo de su director en Woking: Zack Brown, un tipo con mucho bueno para dar… y al propio Fernando el primero.
Todo se llevó a cabo pocos días después de firmar su renovación con McLaren, que, de alguna forma, le mantenía la posibilidad de hacer cosas más allá de las pistas de hoy, como su participación en el Mundial de Resistencia así lo viene a decir, o el que se haga realidad correr en la mítica cita de Le Mans con Toyota. Como su sueño…
Este camino es sólo para pilotos intrépidos como lo hicieron Clark y probaron Fittipaldi, Andretti, Piquet, Mansell y Montoya, entre tantos otros, y recientemente lo pudo disfrutar su ‘colega’ Hulkenberg en el WEC.
Así, sólo Graham Hill ha conseguido hacerse con esa triple corona, por lo que Alonso aspire a semejante reto habla a gritos de su condición de ‘racer’, de corredor puro, piloto como él mismo se califica. Porque nadie se ha atrevido a tanto en el automovilismo moderno. La otra parte implicada es que McLaren haya vuelto a acceder para ello y haya ayudado a esta decisión. Indica hasta qué punto en el equipo británico miman, cuidan y quieren a Alonso. Pensando en el futuro, seguro…
Que no se olvide, seguirás siendo el número 1; volverás de donde eres.. ?? pic.twitter.com/9j5Sj1oXOJ
— Jorge Majdalani (@MajdalaniJorge) 9 de julio de 2017
Realmente y al principio de esta nueva época al frente de lo vivido, el doble campeón español no podía pretender ganar carreras, ni estar en el podio o quizá ni entre los cinco primeros, pero de una escudería como McLaren y un fabricante como Honda no era entendible una situación en la que los coches se rompían carrera tras carrera, los motores apenas tenían potencia y llegar a los puntos parecía una quimera. Por mucha voluntad y fe que tuviera el asturiano al inicio, la situación era muy difícil, y en lo que, igualmente, el asturiano sabe por qué eligió quedarse para el día de hoy: el por qué arriesgarse al continuar.
Ese futuro en la Fórmula 1 de mientras que sigue siendo su mayor importancia a día de hoy, ya que el volver de los de Woking junto a los motores Renault les vuelve a pintar serias aspiraciones de cara a hacer algo importante y que a Alonso siempre le ha gustado. Por sus triunfos, su época dorada, su momento, sus peleas… con una gran ventaja de ese movimiento: evitar seguir con la progresión de la caída y retomar el vuelo. ¿quién mejor para volver a disfrutar de todo?
Porque es lo que quiere Alonso. O Fernando. Ese chico asturiano que sigue mirando desde su posición para escalar más arriba de lo que la lógica le ha dado. Que no es poco; porque no es volver a ser de nuevo, es que lo sea. Que sea feliz, que lo siga siendo. Con un volante, compitiendo, por más que victorias de las que sigue buscando ahí fuera. Habrá un mañana mejor. El día después. La esperanza… o realmente mirar algo que ya se está tocando. Eso por lo que uno está y por lo que se quiere terminar. No es fácil asumir que el viaje también es un destino. Y en esas está. Para que todo sea; la luz la sigue teniendo por tanto más. ¿Que si le brillan los ojos…?