Uno de los pilares fundamentales para considerar que una democracia es de calidad y sus ciudadanos pueden confiar en el buen funcionamiento de las instituciones, es cuando tras la superación en su historia de una guerra civil, dictadura y posterior represión, esa democracia consigue restituir la memoria de las víctimas y juzgar a los responsables militares y civiles de crímenes contra la humanidad.
En España, desgraciadamente la justicia por los crímenes de la dictadura Franquista sigue sin llevarse a cabo. Es cierto que se han realizado intentos, como la Ley de Memoria Histórica, impulsada por el PSOE y aprobada en 2007, pero esta ley se ha quedado muy corta y ha sido insuficiente para abrir un auténtico proceso de justicia y restitución de la memoria de las víctimas que necesita este país.
Es una ley que ha sido inútil para cumplir los objetivos que se había planteado inicialmente, ya que en una mayoría de casos la financiación no ha llegado a las organizaciones de memoria histórica, en las calles de este país se siguen viendo denominaciones que hacen referencia a criminales franquistas y los ciudadanos tenemos que seguir soportando la vergüenza de la existencia del Valle de los Caídos, un monumento que enaltece al Franquismo. Por otro lado, la justicia no ha hecho nada por restituir la memoria, bueno sí, el juez Garzón lo intentó y el resultado fue el fin de su carrera como juez. Produce envidia ver como un país como Argentina si está haciendo justicia por sus víctimas. Todo país que no restituye la memoria y hace justicia por los responsables tragedias humanas, en el futuro corre el riesgo de volver a repetirlo.