Semana Santa, la semana ansiada de cada año, el periodo vacacional tras los últimos días de Navidad, el septenario que se concibe como sinónimo de fiesta. Y es que, aunque sea una celebración religioso-cristiana, prácticamente la disfrutan todos los españoles. Este año, como el anterior, la Semana Santa será un tanto atípica, pues la situación epidemiológica ha vetado la celebración de dicha festividad. Aquellas calles que se abarrotaban de gente siguiendo el paso procesional ahora serán calles poco transitadas e incluso vacías.
Durante la pandemia se ha prohibido la celebración de eventos masivos de cualquier tipo para evitar nuevos contagios, por lo que la Semana Santa no iba a ser menos. Aquellos costaleros que llevaban la parihuela a hombros, y a los que se les envaraban los brazos si era necesario con tal de disfrutar del paso, ya no harán dicha función. Desde el 26 de marzo hasta el 9 de abril las Comunidades Autónomas estarán bajo cierre perimetral, lo que conlleva el impedimento de viajar entre distintas comunidades. Pero ¿son estas medidas congruentes si a su vez se permite la entrada a España de numerosas personas de distintos lugares del mundo? La respuesta es más que evidente y es un rotundo no. Aunque esta decisión es responsabilidad del Gobierno, cada uno de nosotros debemos aportar un mínimo para evitar el aumento de contagios y con ello, una catástrofe mayor.
Esta semana sagrada será tiempo para reflexionar y pararnos a pensar en la situación que estamos atravesando, pues en nuestras manos está el cambio. Ya no veremos alzarse los hachones e iluminar las calles cuando caiga la noche, pero si tendremos el sentimiento de que estamos haciendo lo correcto, que, en estos tiempos, es el impulso de fuerza que los ciudadanos necesitamos.
Como bien narra la Biblia, Jesús resucitó, y este acontecimiento es lo que celebran los cristianos en esta temporada: la muerte de su referente, pero con un final feliz: la resurrección. En el mundo terrenal, en el día a día, desgraciadamente, esto no pasa. Las cifras están ahí y no podemos hacer la vista gorda e ignorarlas: 75 muertos en España debido a la Covid-19. Seamos responsables y pensemos que lo importante es el ahora y el “hacer las cosas como Dios manda”. La Semana Santa seguramente se recuperará en un futuro, pero puede esperar. No es un adiós, es un hasta pronto.