Dicen que “los políticos tienen una regla: si no puedes deslumbrar a las masas con tu inteligencia, desconciértalas con estupideces”.
Eso es lo que están haciendo “nuestros políticos” desde que comenzó esta pandemia. ¡No, perdonad, ya lo hacían antes! Pero, ahora es tan obvio, que por muy analfabeto funcional que seas oyes declaraciones que no hay por donde cogerlas. Como ejemplo las que ha hecho el presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, quien ha recomendado a los catalanes que no viajen a la Comunidad de Madrid ante el aumento de contagios por COVID-19, y ha contactado con Renfe y Aena para establecer controles de temperatura a los viajeros procedentes de Madrid. ¿Solo a los de Madrid?
Otro, que tal anda, es el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, quien ha informado que: “No habrá ninguna recomendación para limitar la presencia de ciudadanos procedentes de Madrid por el auge de positivos en coronavirus pero sí se va a iniciar un proceso de monitorización de sus segundas residencias en esta región”.
Pero, en cambio, sí animaron a todos al inicio de la temporada estival (madrileños incluidos) para que visitasen sus costas, sus ciudades y se gastaran el dinero en sus chiringuitos … ¡En fin!,cada vez entiendo menos nada,
A estas alturas sabemos (menos ellos) que las decisiones que se están adoptando desde que se inició esta crisis de salud no deberían estar sometidas al criterio político sino al sanitario. Porque este virus no entiende de ideologías -izquierdas o derechas- ¡nos afecta a todos por igual!
Pero los “lumbreras” de dirigentes que tenemos se empeñan día sí y día también en demostrarse justo lo contrario. Al final las consecuencias de su mala gestión la soportamos, como siempre, los ciudadanos.
Me asombra que después del tiempo que han tenido para gestionar cuestiones primordiales para controlar la COVID-19 nos encontremos que aún no hay respuesta consensuada y contundente. Es más, creo que ni siquiera se enteraron de la pregunta. Estaban ensimismado celebrando que habían “ganado la batalla al virus” que no oyeron las voces de los profesionales sanitarios que se encontraron en el "ojo de la pandemia", diciéndoles: "señores que la guerra no ha terminado".
Me siento indignada como miles de ciudadanos, contemplando atónita la desunión de las fuerzas políticas que nos representan. Asistimos cada día a un cambio de norma y, “nosotros”, las aceptamos sin rechistar porque en ello va la salud de todos. Incluso nos limitan derechos individuales a favor de los colectivos y también calladitos.
Y, así cuanto más calladitos nosotros, ellos con más trifulca para enrevesar la situación y seguir en sus cargos echando las culpas al otro. Sacando rédito político que parece ser lo interesante.
Vergüenza es lo que les debería dar. Pero creo que esta palabra se olvida en el mismo momento en que toman posesión de sus cargos.