La pandemia del Covid-19 ha azotado al mundo entero y ha obligado a muchos países a confinar a su población. Los datos de contagios y muertes a nivel global son escalofriantes: 718.685 casos y 33.881 muertos, según las cifras oficiales actualizadas al 30 de marzo. En España, uno de los países más castigados por el virus, los contagiados ascienden a 80.031, mientras que 6.802 personas han fallecido.
La enfermedad —que tiene su epicentro en la capital de la provincia china de Hubei, Wuhan— tiene un poder de expansión altísimo debido principalmente al periodo de incubación asintomático, que oscila entre los cinco y los catorce días, de manera que una persona portadora del virus podría contagiar a otra sin saber que está enfermo.
La gran proliferación de noticias y datos en los medios de comunicación ha provocado cierto pánico en la población, que está recibiendo una cantidad abrumadora de información sanitaria, documentos oficiales y datos muy técnicos. La crisis sanitaria ha copado todos los medios, con frecuentes apariciones de científicos y médicos expertos en microbiología y epidemiología. Aunque estos profesionales están haciendo un importante esfuerzo por comunicar toda esa información de la forma más accesible y fácil de entender para el público no especializado en la materia, sigue resultando complicado comprender el alcance de la situación para mucha gente.
Ahí es donde radica la importancia del periodismo infográfico. Esta rama de la comunicación otorga gran relevancia a las informaciones dispuestas en fotografías, dibujos, diagramas, esquemas y mapas. Y en estos momentos de saturación informativa, se vislumbra realmente el papel clave que desempeña en la prensa. Las infografías son necesarias porque sintetizan de forma sencilla informaciones complejas y permiten visualizar los datos de una forma más rápida e intuitiva.
Todos los medios han afrontado esta crisis demostrando una gran vocación de servicio público. La agenda informativa de cada periódico, radio y televisión en estos momentos se ha enfocado en la difusión de información útil para prevenir los contagios y frenar la expansión del Covid-19. Y para ello, muchos se han valido de gráficas interactivas y fotografías e ilustraciones explicativas.
Además, las instituciones —en especial el Ministerio de Sanidad— han utilizado también las infografías para distribuir a la población métodos de prevención y distintas recomendaciones. La visualización de los datos de casos activos, muertes y recuperaciones permite a la población discernir las cifras entre la enorme maraña informativa en que nos hallamos inmersos actualmente. Y por ello, el análisis pormenorizado de las cifras en las diferentes comunidades autónomas, sumado a la división de los casos y las muertes según el sexo y la franja de edad, permiten una mejor asimilación de las cifras.
En conclusión, la crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto la importancia del periodismo infográfico en la era digital. El consumo de gráficos, vídeos e imágenes ha crecido exponencialmente en las últimas fechas. Sin embargo, las infografías son importantes en cualquier situación y para cualquier información, y lo seguirán siendo en el futuro. Los lectores de prensa demandan actualmente inmediatez y calidad en las noticias y los artículos. Es por ello primordial que —acuciados por las redes sociales— los medios se muestren capaces de organizar los datos para que sean leídos y comprendidos de forma fácil y rápida. Y para lograrlo, las infografías son su mejor aliado.