“A la mierda el trabajo”, es una reflexión amplia, dirigida a los que sienten interés por la Historia y la Sociología, y tienen ganas de emplear un rato en su lectura. James Livingston, autor de varios libros, nos cuestiona las ridículas creencias que tenemos y ahonda sobre lo que 'en' humano entendemos que nos proporciona el trabajo. Para algunos, en este confinamiento, esté desafortunada con la sugerencia; para otros, con tiempo, les puede llevar a plantearse hipótesis e incluso a resolverlas. Nos guste o no, el profesor platea un escenario con nuevo paradigma, al que, tal vez, nos lleve este microscópico bichito, llamado COVID-19, a base de sumar muertos y mantenernos confinados, para no infectarnos e infectar.
“Nos hemos creído, hasta cuando es una mierda, que trabajar da sentido, propósito y estructura a nuestras vidas”, dice el historiador, quien añade: “estas creencias ya no están justificadas. De hecho, ahora son ridículas”. La extensión del texto no debe asustarnos, ante un horizonte de largo encierro por estado de Alarma, porque merece la pena caer sobre sus líneas, e incluso, releer algunos párrafos. Espero que les cautive, aunque sea a pocos, y que otros concluyan con el autor en que, “mientras que yo tengo problemas para llegar a fin de mes, aun teniendo un trabajo a tiempo completo, me doy cuenta de que mi participación en el mercado laboral es irracional”.
Como mi forma de mostrar solidaridad es liberar Internet para los teletrabajadores, y le he dedicado las primeras horas de la mañana a otro tema, les dejo el enlace, con el deseo de que pasemos un buen 6º día de confinamiento. Abrazo grande y hasta mañana.