El próximo gobierno progresista pactado por PSOE y Unidas Podemos, que de forma presumible se pondrá en marcha tras la investidura de Pedro Sánchez en segunda votación el próximo martes 7 de enero, tendrá que afrontar enormes retos para una ciudadanía que necesita cambios estructurales que supongan una mejora en sus condiciones de vida.
UNA DÉCADA PERDIDA
Tras una década en la que la ciudadanía de este país ha sufrido una crisis económica, que unida a las políticas sistemáticas de recortes y desmantelamiento del estado de bienestar, aplicadas por los gobiernos conservadores del PP, han dejado una enorme brecha social que se ha traducido en el empeoramiento de todos los indicadores económicos y sociales: más deuda pública y privada, más déficit, incremento exponencial de los niveles de desigualdad y pobreza, precariedad laboral y una tasa de paro que se mantiene de forma estructural en el 15%.
RECORTES EN EL ESTADO DE BIENESTAR
A lo anterior mencionado, hay que añadir los recortes que han sufrido servicios públicos fundamentales como la educación o la sanidad, con las consecuencias de un empeoramiento en la atención a la ciudadanía de este país.
ACUERDO PSOE Y UNIDAS PODEMOS
Los detalles que estamos conociendo del gobierno progresista que van a impulsar PSOE y Unidas Podemos, supone una puerta de esperanza para tratar de reconstruir a una clase media trabajadora que ha quedado muy mermada tras años de recortes.
Y en ese programa pactado, las políticas sociales aparecen como el auténtico eje que puede servir de punta de lanza, para recomponer a una clase media que necesita mejores salarios y empleos estables como aspectos que sirvan para desarrollar proyectos de vida, que contribuyan a la prosperidad de nuestros país, y por extensión a la mejora de todos los indicadores económicos y sociales.
Medidas como el incremento impositivo a las clases altas, la regulación de los alquileres, la puesta en marcha de un ingreso mínimo vital, la subida del salario mínimo y la derogación de la reforma laboral de la precariedad, van en la línea de empezar a rectificar la senda de desigualdad generada por unas políticas que han roto el contrato social entre generaciones, y que lo que ha provocado es el aumento de la pobreza, de la desigualdad y una precariedad sin límites en los puestos de trabajo.
El aumento de los salarios, la estabilidad en el empleo y la recomposición de los servicios públicos, deben ser los principales ejes de trabajo en los que el nuevo gobierno se centre, para reconstruir a la clase media de este país, tras una década perdida.