Esta semana el tablero político en España, ha vuelto a sufrir una nueva sacudida, tras la confirmación de la candidatura de Más País, encabezada por Iñigo Errejón, de cara a las próximas elecciones generales del 10 de noviembre.
Con este movimiento, la ciudadanía tendrá que elegir entre seis candidaturas: 3 dentro del espectro conservador: PP, Ciudadanos y Vox; y 3 dentro del espectro progresista: PSOE, Unidas Podemos y Más País.
INTELIGENTE MOVIMIENTO DE IÑIGO ERREJÓN
Se podría explicar y analizar este interesante movimiento de Errejón desde muchos puntos de vista, pero hay uno que sobresale por encima de todos. Se trata de la frustración generada, tras el fracaso de las izquierdas en la formación de gobierno. A partes iguales, PSOE y Unidas Podemos son responsables de que en España, todavía no exista un gobierno progresista que empiece a dar solución a las numerosas necesidades sociales de la ciudadanía.
Y lo son todavía en un grado mayor, cuando los números tras el 28 de abril, permitían que puediera producirse un acuerdo entre ambas formaciones, y por tanto se evitara la repetición electoral, que finalmente tras el fracaso de las negociaciones de gobierno, tendrá lugar el próximo 10 de noviembre.
Por la prepotencia de unos y la intransigencia de otros, la ciudadanía se ve obligada a volver a votar. Ante esta coyuntura de gran frustración, especialmente en el votante progresista, Iñigo Errejón realiza un movimiento arriesgado pero a la vez inteligente, para tratar de evitar la desmovilización de la ciudadanía de izquierdas de este país.
CANDIDATURA DE MÁS PAÍS
Ante la posibilidad de que las fuerzas conservadoras pudieran sumar tras el 10N, el movimiento de Errejón y su candidatura de Más País, hay que circunscribirlo en un ámbito de reforzamiento de las fuerzas progresistas, y de apertura de puentes y de vías de diálogo, para que las izquierdas sumen sobre las derechas, tras el próximo 10 de noviembre.
Otro aspecto a destacar de la nueva candidatura progresista, es que no va a suponer ninguna división del voto de izquierdas, ni tampoco un perjuicio al PSOE ni a Unidas Podemos, ya que solamente se presentará en aquellos lugares donde tenga posibilidades de éxito, y sin restarle respaldo a las otras fuerzas progresistas.
La única duda que queda, y que se resolverá tras las elecciones, es saber el grado de irrupción de Más País, a cuánto votante progresista movilizará, y si su movimiento efectivamente sirve para conformar una mayoría progresista en el país, y que de una vez se pueda formar un Gobierno.