Estamos a poco más de un mes para que culmine el plazo para que los partidos acuerden un Gobierno, y por tanto una investidura, y se evite la convocatoria de nuevas elecciones generales para el mes de noviembre.
LA INCAPACIDAD DE LAS IZQUIERDAS PARA ACORDAR UN GOBIERNO
Es triste y a la vez indignante, para una buena parte de la ciudadanía progresista de este país, la absoluta incapacidad del PSOE y de Unidas Podemos para pactar un nuevo Gobierno, que comience a operar los cambios y las transformaciones sociales que necesita España.
Y en esta inutilidad que encarnan PSOE y Unidas Podemos, tienen una evidente responsabilidad las dos formaciones. Unos, el gobierno en funciones del PSOE, incapaz de tender puentes que faciliten un acuerdo, y más preocupado por el beneficio electoral que le podría propiciar una repetición electoral;
Y los otros, Unidas Podemos, instalados en su máxima radicalidad, exigiendo un papel en un nuevo Gobierno, que no tiene que ver con el respaldo electoral obtenido, y que además choca con uno de sus principios fundacionales: ''Hemos venido a la política a pactar programas y no cargos, los cuales son secundarios''.
GRAN AFINIDAD EN LOS PROGRAMAS
Otro de los aspectos más sangrantes de esta situación de bloqueo que están propiciando las dos formaciones de izquierdas, es que existe una gran afinidad en los programas políticos, lo que hace incomprensible que no se produzca todavía el acuerdo.
PODRÍA GOBERNAR LA DERECHA
Todo esto abre una ventana de riesgo evidente, de que al final no se llegue a ningún acuerdo, se tengan que repetir las elecciones, y por el cansancio y al mismo tiempo el enfado del electorado progresista, la derecha y la extrema derecha logren después de esos comicios formar un Gobierno, que supondría una auténtica vuelta atrás en políticas sociales y económicas.
Y en relación a esto último, hay un principio claro que deben saber PSOE y Unidas Podemos; como ha sucedido en Madrid, Murcia o Andalucía, los partidos de derechas no tienen ningún problema para ponerse de acuerdo y gobernar.
Y si las fuerzas de izquierdas les vuelven a dar una nueva oportunidad, por su completa inutilidad para llegar a un acuerdo, éstas no la desaprovecharán.