¿Es posible que Diana Quer estuviera vinculada al mundo de la delincuencia juvenil?, ¿qué sabe su círculo de amistades acerca de su desaparición?. La investigación sigue avanzando y pronto seguramente tengamos respuestas.
Pero este no es el único caso reciente e inquietante. El suceso en la madrugada de la Semana Santa de este año en Sevilla, dejó boquiabiertos a las autoridades, que no daban crédito a semejante ataque de pánico colectivo. Y todo por una supuesta >chiquillada.
España no es precisamente un país exento de delincuencia juvenil. Pero no se recogen muchos datos acerca de ello. Según últimos estudios, la delincuencia juvenil no para de crecer en el s.XXI. Es una delincuencia de nueva generación. Se constata, de todas formas y en eso no ha cambiado, que la mayoría de los delincuentes adultos, ya lo fueron en su adolescencia. Y en cuanto al sexo, la mayoría de los delincuentes son hombres frente a una minoría de mujeres.
La cadena de televisión Paramount Channel emite de madrugada películas españolas de los años ’80 y ’90. Son películas conocidas, que abordan la temática de la delincuencia juvenil. El escenario está ambientado en los suburbios, los barrios obreros de la época, zonas pobres y degradadas, con escasos recursos. Los protagonistas son siempre jóvenes delincuentes y drogadictos, con un trasfondo también de sexo. Sexo, drogas y robos marcan la etapa de su adolescencia.
A los jóvenes delincuentes les convendría ver esas películas e interiorizar el drama. Quizás así se consiga el efecto deseado: que dejen de delinquir.
En este contexto de delincuencia, parece que existen dos mundos: el bien y el mal. Y muchos se empeñan en mezclar ambos mundos. Me refiero a la mayoría de la sociedad. Antes estaba todo más delimitado, se evitaban determinados barrios por su fama de conflictivos. Los padres nos aconsejaban no ir a determinada zona, porque había delincuentes. Ahora, ¿dónde se esconden los delincuentes?. Ya no hay guetos y si existe alguno, como en Madrid, que todavía queda algún resquicio, va desapareciendo. Yo no sé ya distinguir las zonas geográficamente. Y me parece que eso es peligroso, que no se distingan a los delincuentes del resto de la sociedad.
Yo creo en la seguridad ciudadana, esos hombres y mujeres uniformados que me van a proteger ante ataques indeseados. Pero por si la seguridad falla, me gustaría que los delincuentes reflexionaran un poco sobre sus actos y se convirtieran en personas de bien. Aprovecharían más y mejor el tiempo. Siempre digo que la vida da cosas muy buenas y las segundas oportunidades están al alcance de todos.