El 28 de febrero de 2013 renunció y asumió el título de Papa emérito. Actualmente, vive en el convento de Monjas Mater Ecclesiae, a escasos centenares de metros del Papa Francisco.
Ayer, 16 de abril, cumplió 90 años. Siempre discreto, siempre en silencio, desde su lejanía y a la vez cercanía. Sus apariciones públicas son escasas. Se tienen fotos de la última vez que apareció en los medios, en 2015.
Afronta la última etapa de su vida con una discreción absoluta. Un retiro forzado pero necesario. Al parecer, El Vaticano necesitaba limpiar su imagen, una imagen que se degradaba por momentos. Y Benedicto XVI necesitaba estar lejos de escándalos como los que vivió durante su etapa de Papa, acosado por los casos de Pederastia y el Vatileaks , con la dolorosa traición de su secretario personal. “Un pastor rodeado por lobos”, le definió L’Osservatore Romano.
Ahora en su más absoluta soledad en el retiro dicen que se entretiene leyendo dos periódicos alemanes, el periódico de El Vaticano. L’Auvenire y una reseña de prensa que le prepara la Secretaría de Estado. Cada noche mira un telediario y de vez en cuando toca el piano. Diferentes actividades que le mantienen en forma para afrontar el día a día.
De todas formas no es la primera vez que El Vaticano afronta situaciones escandalosas. Con Juan Pablo II, el anterior Papa, ya vivieron situaciones parecidas. Pero quizás, la sociedad no estaba tan concienciada. Ahora los abusos se hacen más públicos .
Siempre se ha comentado lo que ocurre detrás de los despachos de El Vaticano. Cuando ocurrió el Vatileaks, ese fue uno de los motivos por los que trascendió tanto la noticia. No podía ser que una institución como El Vaticano estuviera sucia. Y le costara la vida a su jefe. Empezaron a cortar cabezas pero no era suficiente. Ahora El Vaticano permanece mudo. Un silencio inquietante, que ni el nuevo Papa hace apaciguar. La tensión se mezcla en el ambiente. Hasta que surja un nuevo escándalo o no. Quién sabe.
Por todo lo demás, sólo queda decir, respecto al cumpleaños del Papa emérito, que cumpla muchos más , querido Benedicto XVI.