En su larga trayectoria no recuerdo que nadie haya puesto un ‘pero’ a su trabajo, más que digno y ejemplar; solo sé del reconocimiento a su labor, en cualquiera de los puestos que ha ocupado; hablo de Rosa María Mateo, profesional de la comunicación y periodista, que se ha ganado a pulso su prestigio y estar entre los mejores de un gremio devastado, arruinado y vilipendiado.
Ha estado 8 meses al frente de un ente que… ‘tela’, y en esos poco más de 240 días ha recibido 1.700 preguntas sobre su responsabilidad; de ellas, 1.463, de un sujeto, R.M.B., que vive de los ciudadanos desde 1995, que se sepa; es decir todos los días, este hombre, ha sentido la necesidad de hacer 6 preguntas, para conocer aspectos que debería saber, ya que 8 meses atrás era su amigo quien ocupaba tal puesto o similar.
El ‘bombardeo’ ha sido neutralizado y el 80% de las cuestiones respondidas, en un esfuerzo titánico que desde el principio se sabía estaba abocado a provocar el desgaste, hartazgo y frenar el trabajo de todo un equipo que, ahora, sale y se va con ninguna gana de volver a intentar poner orden y cordura en una jaula de grillos. El PP, con certificado C de corrupto, está henchido de felicidad ante su nueva ‘victoria’; son expertos en dinamitar todo aquello que no mangoneen, de arrasar con la ecuanimidad; son ajenos al respeto del otro.
Qué pena que en vez de construir un partido de derechas digno, útil y responsable, se dediquen a echar mierda a la puerta del vecino; qué pena que aumenten su descrédito creando el boicot continuado y estéril; se me rompe el corazón al leer que Rosa María Mateo se va agotada de combatir a una pandilla de lerdos tuercebotas, incapaces de reconocer el talento, la honestidad y un currículo impecable. Qué pena que en vez de currar ‘algo’, para justificar lo que les pagamos, se esfuercen en ensuciar a los que se aplican en lo suyo.