Probablemente la política más dañina aplicada por el anterior gobierno del PP en España, fue la aprobación de la reforma laboral en el año 2011. Una reforma que no solo provocó destrucción de puestos de trabajo, sino también la instauración de un nivel de precarización general de los trabajadores, tanto en el sector público como en el privado.
En estos momentos los niveles de temporalidad según los datos oficiales están casi igualados en el ámbito público y en el ámbito privado. Esa fatídica legislación laboral, ha traído como consecuencias reducciones brutales de salarios, y el monopolio de contratos basura, por días, por semanas y por meses.
LA REFORMA LABORAL DEL PP, HA HUNDIDO A LOS TRABAJADORES
Esta coyuntura terrible tanto a nivel económico como social, ha hundido y ha destruido cualquier condición laboral y de vida digna que debe tener un trabajador, no solo para realizarse uno mismo, sino para contribuir al conjunto del bienestar de una sociedad desarrollada.
Es frustrante como una parte muy importante de la ciudadanía ha aceptado esta realidad con total normalidad, y no ha hecho nada para intentar cambiarla. No hay que olvidar que este proceso de precarización crónica que sufren los trabajadores ya se inició con una primera reforma laboral del gobierno del PSOE en 2010, y que sirvió para abrir ese camino de precarización que se profundizó después.
LA CIUDADANÍA DEBE MOVILIZARSE PARA CAMBIAR LA REFORMA LABORAL
Después de 8 años de vigencia de esta legislación, se hace más que urgente que toda la ciudadanía y diferentes colectivos: mujeres, pensionistas y jóvenes se unan para salir a las calles y movilizarse para tratar de tirar abajo esa reforma, y construir un nuevo marco laboral que termine con la destrucción de empleo y reduzca al mínimo las altas tasas de precariedad y temporalidad que sufren los trabajadores, y que se sitúan a la cabeza de los países europeos más avanzados.
No podemos esperar ni un minuto más, a que la precarización y la pobreza se siga extendiendo en los trabajadores, y hay que luchar por recuperar con mayúsculas el derecho a un trabajo digno que permita recuperar niveles de vida aceptables que permitan a todos los ciudadanos poner en marcha sus proyectos de vida.