El proceso de movilización progresiva iniciado el pasado mes de noviembre por los llamados 'chalecos amarillos' en Francia, y al que posteriormente se han sumado otros colectivos, debe abrir un camino a su extensión por todo el continente para empezar a recuperar los derechos sociales y laborales, arrebatados a las clases trabajadoras por la estafa de la crisis económica, y la posterior aplicación de políticas de austeridad que han empobrecido a las clases trabajadoras europeas.
EL MODELO ECONÓMICO NEOLIBERAL, EN SUS ÚLTIMOS MOMENTOS
Desde la caída del Muro de Berlín, y el desmoronamiento del bloque comunista, el modelo económico capitalista y las políticas neoliberales se consagraron como la única alternativa económica desde ese momento hasta la actualidad.
Durante este tiempo y de forma progresiva la mayoría social ha ido percibiendo como este modelo económico le ha ido robando derechos sociales y laborales en beneficio de los grandes capitales. De esta forma se ha ido produciendo una pérdida del nivel de vida de las clases trabajadoras. En este proceso el poder económico ha contado con grandes aliados en el poder político para aplicar esas políticas sin ningún miramiento. Me estoy refiriendo a los partidos conservadores y socialdemócratas en cada uno de los países europeos.
2008, LLEGA LA GRAN RECESIÓN
En 2008 estalla la crisis económica global y ese proceso anterior que mencionaba se acelera con destrucción de puestos de trabajo, rebajas de salarios, desmantelamiento de servicios públicos y empobrecimiento general de los trabajadores. Lo importante claro, era una vez más salvar a los poderes económicos y deprimir a las mayorías sociales.
En esos años asistimos al dictado de Alemania en la aplicación de unas políticas de recortes sociales brutales que han machacado a las clases trabajadoras de los diferentes países europeos en un mayor o menor grado, y destruido las posibilidades de prosperidad para varias generaciones.
Una política, que como han demostrado los datos, se ha visto como totalmente fallida, es más lo que ha provocado es aumentar los niveles de desigualdad y pobreza en Europa, hasta niveles no vistos desde finales de La Segunda Guerra Mundial.
FRANCIA, UNA VEZ MÁS A LA VANGUARDIA DE LAS TRANSFORMACIONES SOCIALES
Con la primavera francesa que está teniendo lugar en contra de las políticas neoliberales del presidente Macron, nos debe hacer conscientes de que significa una señal para extender ese movimiento a todo el continente europeo, con el objetivo de recuperar la Europa de los derechos sociales y laborales y construir un nuevo pacto social europeo que establezca los pilares de prosperidad, con los que hay que recordar, nació el proyecto europeo tras el fin de La Segunda Guerra Mundial, y que significó la construcción de décadas de bienestar y prosperidad.