El terremoto de protestas sociales que está recorriendo las diferentes ciudades de Francia por parte de los llamados 'chalecos amarillos' junto a otros colectivos, muestran el cansancio de una ciudadanía ante las políticas neoliberales del presidente Macron.
CHALECOS AMARILLOS
En el inicio de esta continuada movilización social, los primeros protagonistas fueron los conocidos como 'chalecos amarillos', un colectivo de ciudadanos y ciudadanas que no vive en las grandes ciudades francesas, y que se posicionaron en contra de las subida de los combustibles, por perjudicarles de forma muy importante a la hora de trasladarse a trabajar a las grandes ciudades. La consecuencia de esta primera movilización, es que el gobierno de Macron ha anulado esa subida.
PROTESTA GLOBAL
Pero este proceso de movilización social no solo se explica por el aspecto comentado anteriormente, sino que también conecta con la pérdida general de poder adquisitivo y de nivel de vida del colectivo de los chalecos amarillos, y de otros grupos de población, que se han ido sumando a la protesta. Una protesta social que por cierto tiene, según varias encuestas, el respaldo de la mayoría de la ciudadanía francesa.
Es un hecho que a pesar de que el gobierno francés se ha visto forzado a modificar su política impositiva con respecto a los combustibles, la protesta no solo no se ha frenado sino que ha crecido y está continuando con más fuerza, con el apoyo de otros colectivos como los profesores, médicos y estudiantes, entre otros.
LOS MANIFESTANTES PIDEN LA DIMISIÓN DE MACRON
Si atendemos a las declaraciones de los chalecos amarillos y de otros colectivos en este proceso de movilización social, todos coinciden en denunciar que ''Macron solo gobierna para los ricos'', un ejemplo es como ha recortado varios puntos el impuesto a las grandes fortunas. Otra muestra es la reforma laboral que ha precarizado el empleo.
Por otro lado también hay que entender esta oleada de protestas en Francia, por las políticas de austeridad aplicadas en ese país por el anterior gobierno y por el actual, y por el crecimiento de la desigualdad y la pérdida de nivel de vida de las clases trabajadoras francesas.
Al mismo tiempo, lo que está pasando en Francia, es una lucha por la dignidad de las clases trabajadoras a nivel europeo, y en contra de un modelo neoliberal, que ha sido aplicado sistemáticamente por partidos conservadores y socialdemócratas, para empobrecer de manera masiva a los trabajadores y beneficiar a la minoría social del gran capital.