Leo a Ignacio Escolar (@iescolar) contar que Cospedal “denuncia pucherazo” en ‘sus’ elecciones, por otro sillón en el Partido Popular. La verdad es que es un partido, bien partido y fragmentado; más bien, hecho fosfatina; que se ha ganado ser popular entre los trileros de la cuarta esquina; muy capaces de hacerse trampas al solitario.
A renglón seguido, otra de cuatreros: Casado y sus estudios; parece que son ‘no estudios’; ¿un máster?, ¿en Harvard? En la misma senda que Cifuentes, la mujer que también maneja papeles timbrados de una universidad enfangada hasta las cejas, y que ha conseguido ser la mofa y vergüenza de algunos de sus homólogos; digo algunos, porque visto lo visto, las sospechas de que manejos de esta calaña salpiquen a otras, están sembradas.
Pues sí, Cifuentes, la que se llevó 2 botes de crema del super, la que es capaz de negar la evidencia, gracias a esas soberbias tablas que maneja con destreza, fraguadas durante años, que dan a la mentira la misma solemnidad que una verdad; Cifuentes, la del mini vídeo del mensaje “no me voy”, parece que denuncia a los periodistas de eldiario.es (Raquel Ejerique e Ignacio Escolar), por hacer bien su trabajo; claro, que ellos iban a clase.
Ya se sabe, cuando vives instalado en la falacia cualquier verdad te convulsiona y, de inmediato, convocas al ejército cercano de acólitos, para que se batan el cobre contra tus enemigos, en una suerte de batallas estériles que te arrastran por tus propias miserias.
Estas hordas de encarcelados, encausados, investigados, mentirosos, de traje mafioso y signo religioso han logrado su medalla olímpica, al convertir al partido en la insondable pesadilla de los mamarrachos (no todos, por supuesto). Y, sinceramente, me pregunto: ¿qué les dice esta gente a sus hijos?, ¿qué les dicen los compañeros de cole a sus hijos?; ¿no robes?, ¿no mientas?, ¿estudia?