Hay días en la historia de los que sabemos, por el trabajo de los profesionales de un gremio maltratado. Hay días como hoy, jueves, 1 de junio, con amenaza de tormentas en medio país y tsunami en el Congreso, que nos mantienen en vilo por los que narran, enfocan, comentan, analizan, informan, opinan, graban y difunden.
Estos periodistas: los mal pagados, los honestos, los comprometidos, los vocacionales, los que han caído con las botas puestas; los que no tienen horario ni festivos; los que hilan vacaciones y descanso como pueden; los que sabes quiénes son y no recuerdas su nombre, los que llegan a casa con la nevera tan vacía como el estómago; los que jamás han podido conciliar su oficio con la vida familiar; los que están bajo la lluvia, contra el viento, entre nieve y a más de 40ºC; los que saben llegar a acuerdos para ni pisarse ni desprestigiarse; los que comparten la botella de agua en las guardias y esperas; los que te dan la mano cuando te metes en un charco; los despeinados y mal planchados; los que te prestan para la gasolina; los que ofrecen su txamarra cuando lloras, los que te corrigen y enseñan; los que te hacen que te rías de ti y con los otros; los que te nombran tu trabajo, los que te cogen el teléfono en la zozobra… Los que…
Felicidades a todos, por estas 48 horas de semi infarto, de historias e historia; y felicidades a mis colegas de Columna Cero: Miguel Pérez Montes, Iván Leal Ramos y Sonia Alfonso Sánchez, porque están al pie del cañón y porque lo estén muchos años, y que lo estén con muchos buenos compañeros. Zorionak dire: Juan Rogelio (primeros 16 meses).