“El Real Madrid C. F. quiere dejar muy claro que, tras conocerse la posibilidad de suspenderse el partido, con más de 30 horas de antelación, propuso a la Liga de Fútbol Profesional tres alternativas: primera, que se estudiara la posible reparación de la cubierta del estadio dañada; segunda, la posibilidad del cierre de la grada afectada; y tercera, si las dos anteriores no eran posibles, estudiar la designación de otro estadio cercano para la disputa del partido. Estas propuestas buscaban evitar que la suspensión del partido perjudicase a las cuatro competiciones, por el efecto dominó existente entre ellas, así como los enormes perjuicios económicos producidos en todas las televisiones del mundo y que tendrán su repercusión en los próximos concursos de la venta de los derechos de televisión.”
Este es el tercer punto del comunicado que emitió el Real Madrid, en contra de las declaraciones que había pronunciado el alcalde de Vigo, Abel Caballero, tras la suspensión del partido que debía enfrentar al Celta y al club madrileño el pasado domingo, debido a los desperfectos en la estructura del techo del Estadio Balaídos causados por el fuerte viento que ha azotado la costa gallega y que también obligó a suspender, por idéntico motivo, el encuentro entre el Deportivo de La Coruña y el Betis en Riazor.
Naturalmente que la suspensión de un encuentro trae siempre consigo un dolor de cabeza para buscar una fecha en la que se pueda recuperar ese partido, especialmente, en un calendario tan cargado de competiciones como el español y, sobre todo, cuando el Real Madrid ya tiene un partido aplazado, ante el Valencia, debido a su participación en el mundial de clubes, en donde se alzaron con el trofeo. La dificultad para encontrar una fecha óptima para Celta y Real Madrid se agrava por la situación deportiva de ambos equipos, inmersos en dos competiciones, Liga y Copa del Rey en el caso de los gallegos y Liga y Champions League en el caso de los merengues.
Pero, aunque el malestar del Real Madrid pueda ser comprensible hasta cierto punto, el tercer apartado del comunicado emitido llega incluso a ser obsceno, al subrayar “los enormes perjuicios económicos producidos en todas las televisiones del mundo”. Cuando el informe de los peritos del Ayuntamiento de Vigo, que estudiaron la estructura del techo del estadio, decía claramente que era peligroso abrir la instalación (el mismo día del partido, el temporal no había remitido aún y todavía se producían desprendimientos), lo que más le preocupa al club blanco no era la seguridad de la gente sino los perjuicios económicos en las televisiones. Pero no contentos con eso, incluso lanza una amenaza, diciendo que esos perjuicios económicos causados por la suspensión del partido “tendrán su repercusión en los próximos concursos de la venta de los derechos de televisión”. Es la actitud más mezquina que puede tener una entidad, en cuyo himno reza la frase “caballeros del honor”.
