Una amiga me dijo que íbamos a un sitio, que no voy a nombrar, y es famoso en la Alameda. En él requieren una indumentaria más arreglada y el uso de tacones para entrar. ¿Todavía tenemos que andar con cosas así? Tanta igualdad, tanta libertad. Todo se queda en sacos rotos cuando en un sitio nos siguen diciendo cómo vestir.
Como decía la canción de Dani Martín: “Quiero entrar a tu garito con zapatillas, y que no me miren mal al pasar”. ¿Por qué? ¿Por qué seguimos en una sociedad que fomenta este tipo de costumbres?
Esta sociedad lamentablemente sigue fomentando una costumbre que nos hace no poder aceptarnos como somos. Personalmente rara vez uso tacones, porque nunca le he encontrado ningún sentido a hacerlo.
Muchas personas usamos tacones por convencionalismo social, o por el simple hecho de que nos enseñan desde pequeños a no aceptar nuestro cuerpo, y en concreto con los tacones, a no aceptar nuestra estatura.
Así que, por favor, a ver si cambiamos un poco las costumbres que a veces seguimos por inercia y aprendemos a querernos un poco más a nosotros mismos, porque no basta con repetirlo varias veces frente al espejo. Son actos, actos de amor propio como buscar la comodidad y aceptación propia.
Pequeños actos de amor a nosotros mismos. Disfrutar de la noche con sus miles de luces de colores y destellos, me refiero a las personas, por si no me entendéis, cada persona es un mundo y brilla con luz propia, y cuando salimos de noche tendríamos que preocuparnos solo de divertirnos y brillar, y no de unas normas que no tienen ni pies ni cabeza y que crean un sistema, que para mi opinión ya no sirve.