Manejó la situación con la solvencia de sus manos expertas, como canta Ariel Rot. Con la mira puesta. Sin dejar de marcar su línea. Alonso, como cuando los guerreros se citaban y no dejaban un resquicio por los que hacerles frente; así, hasta el final de los de verdad: luchando.
Un lugar en este nuevo primer fin de semana donde algunos anidaban una clásica idea de un deportista en declive, que decían, (el odio, que a veces es un sentimiento bastante de más refocilo que el amor, aunque éste sea mucho más perdurable y poderoso) dio el asomo por el que ese tipo que nunca claudica dejó de amagar con el pacto y ahora les pelea; alzando el vuelo para volver a parte de su hábitat. Queriendo ser, pero por el que todavía falta por agarrar.
Pero la realidad es que, por más que parezca, nunca se ha ido. Siempre estuvo. Teniendo la buena costumbre de mirar a los ojos a quienes más se muestren, ya sea en menores o mayores condiciones. Y cuando señala no hay más lugar allí.
Como ruido vendaval..
..vórtice enloquecido en su devenir. ??@alo_oficial 😉#número1 pic.twitter.com/O0cPfNrYTP— Jorge Majdalani (@MajdalaniJorge) 24 de marzo de 2018
Como sucedió en Australia, sólo los mejores de siempre son capaces de salvaguardar y mantener a otro de los mejores del momento, como Verstappen. Aunque sea Albert Park y sus características, donde esta vez la suerte estuvo de su parte. (Bottas, los problemas de los Haas, la ventana del safety car virtual…) siendo capaz de compensar las todavía deficiencias de un monoplaza que está hoy en la primera fase de adaptación a los motores de Viry-Châtillon y que, según su equipo, debe ser el que más crezca a lo largo de las 21 carreras de este año.
[Sumario]
En esas, donde el astur supo agrandar el coche e impedir las embestidas del de Red Bull y su segundo más rápido -una hazaña impensable hace unos meses-, es que la noticia que se puede sacar es la de con Mercedes dominando a su querer, Ferrari intimidando y con los de Milton Keynes midiendo de cerca conjeturas, no hay mejor que éste despertar del gigante que parecía dormido como McLaren, alborotando Alonso un camino del que es posible hacer ruido en un año con cada vez más raíces por crecer. Entre ellos, Renault y su amigo Carlos Sainz, por ejemplo.
El ruido, lenguaje que los ojos no pueden ver, pero que sienten que hay cosas por las que tocar y divertirse. Eso de cuando alguien desea realmente algo, el universo entero conspira para que lo logre; es el día después, aquello de lo que poco a poco se hace de repente…
P5? It's just the beginning, says @McLarenF1's @alo_oficial#AusGP ???? #F1isBack pic.twitter.com/9c4svRQvTn
— Formula 1 (@F1) 25 de marzo de 2018