En un artículo titulado “Que los ERTE no se transformen en ERE”, el abogado, auditor y administrador concursal, Ángel Andújar Vecino, recuerda, después de 31 días de confinamiento como consecuencia de la propagación de la COVID-19 en España, que “la base de la economía es la confianza”. Añade, Andújar que este es un viejo concepto que ahora ponen de moda los economistas más jóvenes como si fuese un nuevo concepto. “Suena más ahora porque autores más jóvenes están convirtiendo esta frase en el subtítulo de su nuevo Best Seller. Pero es así desde el Siglo XII”, ha comentado.
Y es que para este especialista en concursos de acreedores de empresas, todos los agentes que forman parte del engranaje de la economía no pueden perder la perspectiva del horizonte y prepararse para no entrar en un bucle improductivo, porque “cuando pierdes la confianza en el futuro, pierdes el futuro. Te obligas a vivir en un presente continuo que mira al pasado con envidia y resignación”.
Andújar Vecino se pregunta, “¿qué pasado envidiamos? ¿a qué nos resignamos?” para responderse que “el presente es mucho mejor que hace 100 años. Mucho mejor que hace 50 e incluso mejor que hace 10”, ha querido llamar la atención ante el peligro de abocarse a la depresión por la situación.
Advierte que “el virus de la desconfianza es mucho más contagioso que el SARS-COV2” y puntualiza que “a su manera, también más mortal”. En este punto establece una comparación dolorosa y que pone blanco sobre negro cómo la salud de las personas no camina en la misma dirección que la economía en un momento como el actual. “La mortalidad del SARS-COV2 será del 10, del 1 o del 0,1%. Ojalá menor”, ha calculado. “Si el virus de la desconfianza infecta nuestras empresas, nuestros negocios, nuestros trabajos; la mortalidad de todos ellos tiende a ser del 80, del 90, del 100%”, ha añadido.
Surge, entonces, para Ángel Andújar la siguiente reflexión. "Nos encerramos en casa para evitar que el Coronavirus mate más de lo que lo hace, ¿qué nos cuesta tanto evitar que el virus de la desconfianza se lleve por delante nuestras empresas?”.
Desde su punto de vista economicista responde a su pregunta con el siguiente argumento. “En 2008, vimos como el cierre de un banco en EEUU puede provocar un cataclismo económico mundial. En 2012, vimos como políticas económicas incorrectas pueden provocar el apocalipsis de una segunda recesión sin apenas de haber salido de una primera. En ambas situaciones hay culpables, sí. Pero las víctimas de esos culpables fueron los accionistas de esos bancos. Fueron los inversores que tenían su dinero (su futuro, su confianza) allí depositado”.
Explica Andújar Vecino que “las Víctimas (con mayúscula) no fueron víctimas de esos culpables. Las Víctimas son otras. Son las personas que se quedaron atrás. Condenados a no poder disfrutar de una normalidad que cumpla las tres condiciones de lo que debe ser normal: seguridad, libertad y futuro”, ha sostenido este experto.
En su opinión, la desconfianza es la que ha dejado más víctimas por el camino que las que se contabilizan en la sección de decesos de los registros civiles. “Esas Víctimas (con mayúscula) lo fueron de la desconfianza. De la desconfianza de los trabajadores en sus empresas, de las empresas entre sí, de la desconfianza en los bancos y de los bancos entre sí, de la desconfianza en el sistema, en las políticas (y en los políticos)”, unos políticos que no pueden faltar en toda ecuación sobre una crisis.
Desde su punto de vista particular, en un sistema económico como el que mueve el mundo occidental la pandemia no sólo contagia personas. “Todos ellos: empresas, bancos, sistema, políticas (y políticos) son ahora los nuevos contagiados. No hay test rápido para el virus de la desconfianza. No hay guantes ni mascarillas”, ha dicho rotundo.
Ante este argumento, el experto también busca una solución económica al problema que sobreviene a la crisis sanitaria. “Pero tenemos vacuna: 100 mil millones de euros. El 10% de nuestro PIB. El 10% de lo que vale tu casa. El 10% de lo que valen el sol, las montañas y la arena de nuestras playas. ¿Funcionará? Pues hay que hacerlo funcionar”.
A su juicio, “si la pregunta es cómo, la respuesta es una: 100 mil millones de euros nos tienen que hacer más confiables. Tienen que aumentar la confianza de los trabajadores en sus empresas, de los autónomos en sus negocios, de los bancos en su crédito y de los políticos en sus políticas”, ha puntualizado.
“Ya no vale eso de estamparse con el coche contra un pino en mitad de la noche y decir que es que empezó a llover. Hay que ir con luces, con el coche en buen estado, con los 5 sentidos puestos en la conducción, a una velocidad adecuada a la vía y, si empieza a llover, esa velocidad deberá ser menor. No se puede responsabilizar a la lluvia ni al coche ni a la vía; que devino corredoira. Mucho menos al pino. La responsabilidad es del conductor. De cada uno de nosotros que conducimos por nuestra vida”, razona Andújar.
Al respecto, puntualiza el experto que es necesaria la preparación para afrontar la salida a una crisis de emergencia como la que ya estamos surfeando. Se supone que dicha preparación como quien tiene permiso para conducir ha sido validada con anterioridad. “Existe una formación obligatoria para conducir. Un examen. Un año de “L”. Un seguro para responder de los daños que provoques con el coche. Todo eso es (era… hasta ahora) un poquito más obligatorio que la obligación de conducir con cuidado. Si no cumples te cae una multa. Aunque sea parado en un semáforo”.
Por eso, concluye el abogado, afincado en A Coruña, que “si queremos derrotar al virus de la desconfianza conducir con cuidado tiene que ser más obligatorio que el carnet o el seguro. ¿Por qué? Porque el 10% de lo que vale tu coche (y de lo que vale el pino) forma parte de la vacuna. De esa vacuna que ponemos entre todos y tenemos que hacer funcionar”.
La fórmula para revitalizar el sistema económico responde al siguiente patrón, en base a su criterio. “De los contagiados, la vacuna se administra a los principales: empresas, autónomos y bancos. A las empresas y autónomos en forma de acceso a crédito en condiciones ventajosas y a los bancos en forma de una importante reducción de riesgos (que es lo que produce esas condiciones ventajosas)”, ha enumerado el experto en concursos de acreedores.
Solicita Andújar Vecino que es a “ellos a los primeros a los que se les debe exigir confianza. Se les deben exigir negocios viables. Que no sufran para devolver la deuda. Que no se aplace la bancarrota al final del año de carencia”, ha sugerido.
En ese sentido, Ángel Andújar valora positivamente el andamiaje legal que ya existe, incluso para casos como el de la actual pandemia. “Las leyes españolas ofrecen herramientas muy útiles a la hora de que empresas y negocios viables puedan sostenerse económicamente”, ha explicado.
Y para validar esa teoría, ofrece un ejemplo. "En Concursal Galicia llevamos más de 25 años esforzándonos por salvar empresas viables. 25 años peleando para que los que se quedaron atrás puedan volver a intentarlo. Luchando por dar una Segunda Oportunidad. El resultado, en números, no es bueno. No somos los únicos. Muchos compañeros pueden contar historias similares”, añade.
“Hemos padecido las últimas crisis. Hemos vivido los cambios legislativos de los últimos años: la Ley Concursal y la Ley de Segunda Oportunidad. Hemos desplegado toda esa batería de medidas que permite nuestro sistema legal”, prosigue Andújar.
En su opinión, el trabajo que se hace desde los despachos de abogados, expertos en esta materia, es “un poco, la UCI de las empresas. No somos héroes. Simples profesionales. Aun así, seguimos exigiendo más confianza. Porque contra la falta de confianza no hay remedio legal. Y si se lo exigimos a todos, también a nuestros propios clientes”.
Con la última aprobación de las medidas del Gobierno, Andújar Vecino explica cómo ve la situación. “Hoy se ha abierto el grifo del crédito. Hasta el 80% es vacuna contra la desconfianza. Veremos qué parte se destina circular con luces, coche en buen estado, 5 sentidos y velocidad adecuada. Con este tipo de vacuna, la prevención, la previsión, la capacidad de anticipación son el sistema inmunológico”.
Poniéndose en el papel del economista, advierte que todos sus efectos no se sabrán con firmeza hasta que pase la pandemia, para la que no hay fecha. “Nos libraremos del SARS-COV2 cuando la mayoría haya pasado la enfermedad. Cuando como colectivo hayamos generado inmunidad. La clave es hacerlo de manera que los sanitarios puedan salvar a los más vulnerables. Para eso estamos en casa: ganando tiempo”.
“Nos libraremos del virus de la desconfianza cuando la mayoría de las empresas vuelvan a ser confiables. La clave está en hacerlo de manera que se puedan salvar las más vulnerables. Para eso, nosotros también necesitamos tiempo”, ha concluido.
Com último pensamiento al respecto establece el siguiente razonamiento. “Los bomberos, que sí son héroes, irán a sacarte de debajo del pino. A lo mejor te sacan vivo o a lo mejor no. Nuestro trabajo, el de los simples profesionales, es salvar el coche. Lo estudiaste para el teórico: el tiempo de maniobra es el tiempo de reacción más el tiempo de ejecución. Pide crédito. Pero invierte parte en conseguir tiempo de maniobra. Esa parte es tu parte de la vacuna”, termina.
Los profesionales de los concursos de acreedores, como moraleja, piden tiempo para saber reaccionar, y que la pandemia no sacrifique demasiadas empresas por no haber sabido manejar la confianza y la previsión. “El tiempo que nos des a nosotros para actuar es confianza en ti que ofreces a los demás”, ha zanjado Andújar Vecino.
Fuente: Concursal Galicia