Una de las salidas más recurrentes de la carrera de psicología es conseguir crear tu propia consulta privada. Si estás leyendo esto, seguramente sea porque te encuentras en una situación similar; ¿Ya estás preparad@ y has decidido emprender tu camino hacia constituir la tuya propia, donde atender a tus primeros pacientes? ¿Estás buscando información para ello?, ¿cuáles son las cosas que debes tener en cuenta?
Define tu consulta
Al igual que cualquier proyecto, la idea de cómo quieres enfocar tu negocio ha de estar bien definida desde el principio para que todo lo que desarrolles después tenga un sentido coherente. ¿Qué tipo de psicología quieres practicar ahí? ¿qué tipo no?
Trata de poner sobre un papel todos los aspectos que conciernen a la definición de tu target, preguntas como estas son las que tienes que hacerte: ¿a qué rama quiero enfocarme: ¿sexología, comunitaria, Gestalt…?
¡OJO! Es recomendable que escojas únicamente un tipo de terapia que practicar en tu consulta, dado que esto crea en la mente del cliente la sensación de especialización. Pasa igual en todo tipo de servicios y, si decides practicar más de un tipo, es importante diferenciar claramente diferentes zonas y horarios de la consulta para cada uno de ellos, pero no han de ser más de 2.
Asegura tu negocio
A la hora de organizar tu cartera de clientes es primordial la planificación y gestión de citas, así como el almacenamiento de historias clínicas o la facturación. Imagina cobrar a quien no debes o mezclar historias de pacientes… vaya follón, hay que evitarlo a toda costa. Esto se soluciona con programas informáticos específicos, como los que se ofrecen en softwareparapsicologos.com, Clinic Cloud.
Si eliges otro software, consulta con un informático que te prevenga de hackeos o turbulencias con la seguridad de los datos de tus nuevos pacientes, dado que esto puede convertirse en un verdadero problema si algo sucediese. Si eliges Clinic Cloud, puedes estar tranquilo con el alojamiento de todos tus datos en línea, ya que Clinic Cloud y su software para psicólogos ofrece todo aquello que necesitas para no perder información importante si te ocurre algún percance en el disco duro de tu dispositivo.
¿A quién te vas a dirigir?
Una vez estés seguro y tengas todo bien atado, crea un ‘buyer’ persona del tipo de paciente que cruzará las puertas de tu consulta. ¿Buyer persona? ¿qué es eso? No te alarmes, se trata de un tecnicismo del mundo de los negocios que puede resultarte útil. Simplemente, has de crear un perfil medio de persona a la que te vas a dirigir: edad media, tipo de aficiones, gustos musicales, profesión propicia, renta aproximada y todos los datos socioeconómicos que puedas aunar, cuantos más mejor.
¿De qué te sirve esto? Primero para tener una idea aproximada en la fijación de precios y segundo para adaptar la estética de tu consulta a tus pacientes.
Un poquito de Benchmarking
¡Otro palabrejo! Nada, solo quiere decir que te fijes en tu competencia. Haz una pequeña investigación de mercado de toda la vida: sal por la zona y bichea qué consultas existen ya, qué ofrecen y qué les falta ¿crees que puedes hacer lo mismo y que puedes hacerlo mejor? ¿quieres centrarte en aquello en lo que la zona escasea?
Recuerda en este punto, una vez más, mirar los precios para hacerte una idea de lo que la gente está acostumbrada a invertir.
Dale a tu consulta la forma que tu cliente necesita
Como decíamos antes, no es lo mismo montar una clínica para psicología infantil que para mujeres con problemas de maltrato, adolescentes o comunidades. Cada uno tiene un perfil de paciente diferente y puedes reformar el espacio acorde a ello. Busca según tus conocimientos en psicología para presentar en la sala las mecánicas que tu target necesita, intenta que cada una de estas esté definida en un sitio o que cuentes con lugares versátiles para realizar varias de ellas. Asimismo, la decoración debe seguir la temática de la terapia, pero siempre con líneas suaves, tonos claros y eliminando formas violentas o elementos artísticos decorativos que puedan provocar en ellos sentimientos negativos.