“Eliminad ya el maldito plástico” es el grito de guerra de Greenpece, para el que pide el apoyo de la ciudadanía; hasta ahora, más de 70 firmas gritan con esta ONG ecologista que, entre otras imágenes, muestra su actuación en la desembocadura del río Segura (Alicante), donde 500 personas han recogido, en unas horas, 18 litros de residuos. En 55 segundos nos ponen a todos colorados y nos retratan como somos: sucios, irresponsables y depredadores del planeta. Entre los desechos abundan los envases de “Coca-Cola, Pepsi, Mars, Danone, Nestlé, Unilever, Mondelez, Colgate, Procter & Gamble y Johnson & Johnson”, multinacionales a las que se les pide rebajen sus productos en plástico.
Bueno, tal vez las transnacionales disminuyan sus contenedores de polímeros; tal vez cuenten que los harán más ‘eco’, más ‘bio’ y ofrezcan un catálogo de reutilización, para ‘darle otra vida’, más allá de usar y tirar: tal vez, hasta algo de eso sea cierto y no quede únicamente en un mensaje más de otra de sus campañas publicitarias. Lo único que puede persuadir a las multimillonarias compañía es la acción firme de los ciudadanos, dispuestos a no comprar productos con plástico; esto, también es difícil, porque más allá de lo que produzcan y de lo que consumimos, está una sencilla acción: deposita la botellita en el contener de reciclado; no la tires al río, a la mar, a la acera, a la papelera, a la basura de tu casa en un ‘todo revuelto’. Los datos de Ecoembes apuntan a que, en 2018, “se reciclaron 1.453.123 toneladas de envases de plásticos, latas, briks, envases de papel y cartón”, a razón de unos “15,7 kilos de envases de plástico, latas y briks” por persona y año, cuando solo en botellas de plástico en España se consumen 3.500 millones al año; en el mundo: 480 millones. La previsión es que estas cifras van a más, por más campañas que se hagan.
Pero, puede haber un paliativo que aumente el porcentaje de reciclado y estimule al consumidor. Si enseñar, recomendar y aconsejar no terminan de cuajar vía difusión del mensaje, quizás premiar a quienes reciclan y reutilizan sea el estímulo que haga dar un paso más. Ocurre con el vidrio en media Europa, y funciona; en España, no estamos dispuestos a perder ganancias y subvenciones en pro de una mejor gestión. Eso de poner maquinitas donde introduces el botellín y a cambio percibes un vale canjeable o un dinerito, nos queda muy lejos (en Andalucía hay 2 empresas que lo hacen); eso de crear una red de depósitos para plástico, donde depositarlos, pesarlos y obtener una contrapartida, con el convencimiento de su transformación en objetos útiles; una red de contenedores que se recojan con más frecuencia, para evitarnos la lamentable imagen de cajones autorizados y rebosados de la buena actuación de los consumidores…; eso, nos queda mucho más lejos que la próxima frase de la nueva campaña de marketing.
Pero claro, cuando lees la información de merca2.es, redactada en mayo (2019), por Lorenzo Ramírez, se descubre un poco la realidad del consumo, los envases, el plástico, quienes son y qué cobran los que gestionan. Sí, la realidad desalienta; y, mientras tanto, el 95% de las aguas de los ríos están contaminadas; los mares, infestados de residuos sólidos y líquidos; las playas son alfombras de basura donde asoman las colillas, por una sola razón: somos sucios y estamos empeñados en matar y morir con toneladas de polímeros.