Las personas cuando se deciden a realizar una reforma en el hogar siempre buscan materiales de calidad a buen precio, y precisamente para los suelos hay un revestimiento que desde la década de los años 1920 ha sido utilizado para distintas aplicaciones, no es más que el pavimento laminado, el cual es un material resistente y muy decorativo.
Este tipo de suelos es ideal para complementar el diseño de interiores en los hogares, ya que hay diversidad de tonalidades y formas, las cuales le añaden un toque bastante atractivo y fresco a las viviendas, aparte es un producto que resulta bastante económico porque no requiere de grandes obras.
También se puede usar perfectamente en zonas comerciales donde hay mayor tráfico de personas a diario.
¿Qué es un suelo laminado?
Este pavimento se compone de varias capas, las primeras se derivan normalmente de la madera o de elementos sintéticos, mientras que la última capa está fabricada por un compuesto de resinas de melanina que permiten simular bien algunos tipos de acabados que son muy decorativos. Se puede conseguir suelo laminado al mejor precio en algunas tiendas online, así como diversos modelos de texturas que realzarán la imagen de cualquier estancia.
Normalmente el grosor de cada pieza de pavimento laminado mide entre 6 y 12 mm, no obstante, la longitud varía de acuerdo con los modelos. Sin embargo, las medidas estándar son de 1280 y 1350 mm, mientras que el ancho se sitúa entre los 150 y 180 mm.
Este tipo de suelos se consigue en el mercado con distintas texturas que son similares a los variados tipos de madera que muestra la naturaleza como el roble, el cerezo y la haya, así como también se pueden adquirir en estilos que simulan a la piedra y a la cerámica.
Tipos de suelos laminados
Otra de las características de este tipo de pavimentos es que se clasifican de acuerdo con sus niveles de utilización, las áreas donde pretenda el usuario instalarlo, así como según el proceso de fabricación. A continuación se mencionan las principales categorías.
– Clase 21, uso doméstico moderado: este tipo de suelo laminado queda perfecto en las estancias del hogar por su bajo uso o de menor frecuencia, como los dormitorios.
– Clase 22, uso doméstico general: en este caso es para áreas de frecuencia media como los comedores o pasillos.
– Clase 23 de uso doméstico intenso: se puede utilizar en los espacios de mayor frecuencia como los comedores y la cocina.
– Clase 31, uso comercial moderado: está indicado principalmente para áreas comerciales de baja frecuencia como dormitorios de hoteles y oficinas pequeñas.
– Clase 32, uso comercial general: se ha diseñado para zonas que tienen mayor frecuencia como un salón de clases y oficinas más grandes.
– Clase 33, uso comercial intenso: este tipo de suelo laminado es el más fuerte, ya que está pensado para áreas con una alta circulación de personas como centros comerciales, almacenes y colegios.
– De presión directa: es el de mayor uso en las viviendas, porque aparte de ser barato imita muy bien a la madera. Asimismo, cuenta con tecnología DPL, la cual permite prensar las capas a calor y presión en un solo paso. De igual manera está compuesto por cuatro capas como la resina, la lámina decorativa, el soporte de machihembrado y la capa estabilizadora del conjunto.
– De alta presión: está especialmente fabricado para responder de forma efectiva ante el constante uso, por lo cual se convierte en un material idóneo para los espacios públicos, cuenta con siete capas, las cuales son prensadas a presión y calor en dos pasos. A demás, dispone de tratamiento antirrayado, dos capas de resina, papel abrasivo, lámina decorativa y soporte de machihembrado.
Ventajas del suelo laminado
Son múltiples las ventajas que ofrece un pavimento de este tipo a los usuarios, a continuación se mencionarán las más destacadas de este tipo de materiales.
– Se consiguen en el mercado en diversidad de colores y modelos, lo cual los convierte en una pieza que se puede combinar perfectamente con cualquier decoración.
– Para su instalación no se requiere eliminar el suelo antiguo.
– Resulta más económico que cualquier otro tipo de suelo.
– Están fabricados con materiales altamente resistentes, los cuales permiten que soporten arañazos y el tráfico constante de las personas.
– No cambian su tonalidad con la exposición a los rayos solares.
– Son totalmente compatibles con la calefacción de suelo radiante.
– Fortalecen la imagen de las estancias y aportan mayor confort y frescura a los espacios.
– Son fáciles de limpiar y tienen bastante resistencia en el tiempo.
Definitivamente los suelos laminados permiten añadirle a las viviendas un toque natural extraordinario, y a su vez un estilo nórdico incomparable para que cada una de las estancias del hogar estén perfectas.
Así que al momento de realizar reformas en una casa, este tipo de pavimentos es una alternativa excelente, porque no afecta mucho el bolsillo de las personas y al igual que otros tipos de suelo ofrece calidad y buen gusto.