Una parte importante del sueldo se destina, cada mes, a la cesta de la compra en cada hogar y esto es así porque lo que en ella se deposita son, cuanto menos, los productos básicos. Pese a que es un gasto con el que hay que contar de antemano, no es menos cierto que hay determinadas formas con las que se puede conseguir que la suma no sea tan elevada. He aquí las claves a destacar.
– Ir a por las mejores ofertas. Existen páginas web (como es el caso de Ofertia) que ponen a disposición del consumidor todos los catálogos (como es el caso de los catálogos de Carrefour, Media Markt, El Corte Inglés, Vodafone…) que le puedan resultar interesantes por secciones. Es decir, que resulta muy sencillo echar un vistazo y poder ver en qué lugar se encuentra la oferta que más conviene en ese momento sin tener que hacerse con todos ellos previamente, tan sólo con mirar por Internet. Incluso puede pasar que una compra que no se tenía en mente se produzca o se adelante en el tiempo por este motivo y así se consiga un precio mucho más conveniente.
– Marcas blancas. Aunque para algunas personas éstas están un tanto denostadas no hay que perder la perspectiva. Algunas de ellas ofrecen excelentes calidades y pueden llegar, incluso, a equipararse a las de marca (con sus sobrecostes añadidos) ya que ha quedado demostrado que en determinados productos lo único que cambia es la etiqueta.
– Conocer cómo funcionan los supermercados. No es casualidad que los productos más básicos se encuentren al final del establecimiento o que a la altura de los ojos estén los productos más caros. Siempre hay que tratar de echar un vistazo por los alrededores y comparar.
– Llevar una lista. Es la manera más sencilla de ceñirse al plan después de haber echado un vistazo a lo que, de verdad, se podría necesitar.
– No ir con hambre. Al hilo de los dos puntos anteriores ocurre que, aunque se tenga en mente qué se desea comprar, si hay que recorrerse todo el supermercado y hay más hambre de la cuenta, se acaben por sumar productos a la cesta con los que no se contaba.
– Compras al por mayor. Si se ve una oferta que merezca la pena y se trata de productos perecederos que se sabe de antemano que se van a emplear, mejor aprovechar. Sería el caso, por ejemplo, de los detergentes, aceites o pañales, si se da el caso.
– Fidelización. El optar siempre por un mismo supermercado hace que éste quiera recompensarlo de alguna manera y lo suelen hacer con ciertos vales que se pueden usar después por un tiempo limitado con descuentos o promociones para poder adquirir una serie de productos a unos precios más competitivos. También los hay en los que se van sumando puntos para poder acceder a determinados regalos.
– Productos de temporada. Aunque hoy en día se pueda adquirir, prácticamente, todo en cualquier época del año se podrá apreciar que en aquellos productos que sí que son de temporada (como ocurre con las frutas o las verduras) los precios son mucho más asequibles que si no es el caso.