El alojamiento en casas rurales de Cataluña y del resto de España ha conseguido salvar los difíciles tiempos de pandemia que estamos sufriendo a nivel global, manteniendo el sostenido crecimiento de los últimos años.
Además del relax y del contacto con la naturaleza que supone una escapada rural en cualquier ocasión, el hecho de poder escapar de las habituales aglomeraciones propias de las grandes ciudades supone una decidida apuesta por la salud en las actuales circunstancias.
Las restricciones que muchos países imponen a sus ciudadanos para viajar al extranjero no ha impedido que sea el propio turismo nacional español el que esté igualando, y en muchas ocasiones superando, la ocupación que procedía de ciudadanos foráneos.
Dentro del castigado sector turístico, el turismo rural es el único cuyas expectativas, a corto, medio y largo plazo, parecen ser realmente prometedoras.
Razones para la esperanza del turismo rural
Entre las muchas explicaciones para el auténtico boom que está experimentando el turismo rural, destacan las siguientes:
Gran ventaja competitiva en las actuales circunstancias
El hecho de que el turismo rural ofrece opciones de ocio en lugares aislados, alejados de las aglomeraciones urbanas y en plena naturaleza, ofrece unas evidentes ventajas a la hora de estar libre de contagios cuando se va de vacaciones, en comparación a la masificación propia de los centros turísticos urbanos.
Percepción positiva del turismo rural
El turismo rural es sinónimo de salud y de contacto con la naturaleza, y esa percepción se lleva manteniendo desde que este sector empezó a ser pujante en España, hace ya bastantes años.
A esta positiva percepción hay que añadirle la que se tiene acerca de su contribución en la lucha contra el despoblamiento de numerosas zonas del país, su papel como motor económico y el alto número de puestos de trabajo que proporciona.
Los precios más competitivos del sector turístico
Los precios de las casas rurales siempre son más económicos que el de los grandes hoteles urbanos, con la ventaja añadida de la exclusividad que supone no estar rodeado de cientos y cientos de huéspedes, pudiendo disfrutar de los encantos de la naturaleza con la única compañía de familia o amigos.
Un gran número de actividades
Todo parece indicar que las actividades de ocio que supongan aglomeraciones, como conciertos, cines, discotecas… tardarán en recuperarse, si es que alguna vez lo hacen (será complicado que nuevos emprendedores apuesten por estos negocios con la espada de Damocles de una hipotética nueva pandemia sobre sus cabezas).
Por el contrario, las actividades que ofrece el turismo rural (senderismo, mountain bike, montañismo, pesca, deportes de aventura, etc.), además de contar con numerosos adeptos en la actualidad, son también las más saludables y las que cuentan, y contarán con un menor riesgo de contagio.
El cierre de fronteras y el temor a viajar al extranjero
El temor a que un cierre de fronteras pueda ocurrir mientras se disfruta de unas vacaciones en el extranjero, con los consiguientes problemas para retornar a España, está llevando a que un creciente número de personas esté apostando por el turismo interior.
El turismo rural es uno de los que cuenta con una mayor fidelidad (quien lo experimenta suele convertirlo en su estilo de vacaciones para siempre), por lo que es de esperar que los nuevos turistas de este año vuelvan a repetir sus escapadas rurales en un futuro.
La crisis son tiempos de cambio que dejan atrás muchas cosas pero que, al mismo tiempo, suponen una puerta de entrada hacia nuevas expectativas. El turismo rural español tiene ante sí la oportunidad de dar un salto cualitativo y cuantitativo de enormes dimensiones.