Todas nuestras acciones tienen un impacto sobre el ecosistema. Cada decisión influye en pequeña o gran medida, por eso es importante reconocer cuáles son los hábitos que pueden ayudarnos a interactuar con el medio ambiente de una forma sana. Informarse sobre las últimas tendencias es el primer paso para unirse a esta causa.
Prácticas como reciclar, gastar la cantidad justa de agua, sembrar un huerto urbano o recurrir al transporte público pueden marcar la diferencia. También se recomienda sustituir las tradicionales bombillas halógenas para ahorrar energía; es muy fácil, en una web de LEDs puedes conseguir luces para todo tipo de ambientes a excelente precio.
El planeta nos brinda todos los recursos para poder alimentarnos, construir viviendas, fabricar la ropa que usamos, transportarnos de un sitio a otro e incluso mantener todo un sistema eléctrico que nos facilita el trabajo. Es necesario desarrollar la consciencia ecológica para aprovechar estos recursos de manera responsable.
1. Reduce tu consumo energético
Aprovechar la luz natural es una costumbre que debemos integrar a nuestra rutina diaria. Sobre todo en territorios soleados, podemos gozar de una buena iluminación sin tener que encender las luces. En caso de que sea inevitable, siempre hay que asegurarse de apagarlas cuando no las estamos utilizando.
Por otra parte, tener en casa un sistema eficiente de iluminación nos permitirá ahorrar energía en un 80%. Los focos LED consumen muy poco y pueden durar hasta 50 horas, a diferencia de las típicas bombillas incandescentes.
2. Reciclar para no contaminar
Los envases no son basura, son elementos que nos sirven para fabricar otros objetos. La materia prima es limitada. Por lo tanto, es primordial reutilizar los empaques de vidrio, papel y plástico las veces que sea necesario para evitar la extracción innecesaria de nuevos recursos.
Según Ecoembes, por cada seis botellas de plástico que reciclamos contrarrestamos la contaminación de 10 minutos de un tubo de escape. Por ejemplo, a partir de este material podemos elaborar camisetas, muebles, cables, cajas de batería, cubos de fregar, etc.
3. Tan vital como el agua
¿Qué cantidad de agua se puede gastar mientras nos cepillamos los dientes? De acuerdo a un estudio realizado por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), un grifo abierto consume alrededor de 6 litros por minuto. Esto nos da una idea de todo lo que está en nuestras manos hacer para no desperdiciar el recurso más esencial que tenemos.
4. Sembrar un huerto urbano
El consumo responsable de los alimentos también es parte de esas medidas que nos ayudan a proteger el medio ambiente. Sembrar un huerto en casa contribuye a disminuir el dióxido de carbono que se produce en el área que habitamos. Además de purificar el aire que respiramos y potenciar la agricultura local, fomentará una mejor relación con nuestro entorno.
5. Movilízate en transporte público
Es posible reducir las emisiones de carbono de manera significativa utilizando el transporte público para moverse de un sitio a otro. Acceder a este servicio implica usar menos gasolina, lo cual también evita la contaminación del aire.