Todos los seres vivos necesitamos agua para poder vivir, pero ésta no siempre es para el consumo sino también para resolver otras necesidades como el aseo, la cocina o la limpieza del hogar. Esta agua llena de desechos, debe ser filtrada de alguna manera antes de poder ser utilizada para todos los casos, y ésta es precisamente la función que ejercen los alcantarillados.
La gestión de drenaje del alcantarillado consiste, de modo muy general, en separar los residuos sólidos que se encuentran en el agua y pasarla por un proceso de purificación antes de que la misma se junte con el agua de los mares y ríos.
En ciudades muy grandes y pobladas, como es el caso de Barcelona, la creación de esta red ha tenido que ser trabajada con muchos conocimientos en materia de ingeniería urbana, para obtener como resultado el buen sistema con el que contamos hoy en día.
Habría que saber, por ejemplo, que esta red supera los 1.600 km de longitud para poder acceder a todos los rincones de la ciudad y, para eso, utiliza distintas modalidades de materiales, como tubulares, alcantarillas no visitables, alcantarillas visitables y variados sistemas de colectores.
Por otro lado, hay que considerar los trabajos hechos a propósito de evitar que cualquier manifestación natural pueda causar grandes estragos, por lo que todo lo anterior, se complementa con 8 depósitos anti-inundaciones, más 136 puntos dónde se mide el nivel de agua que existe, y así tomar las medidas que sean pertinentes en caso de que no se cumpla con los estándares mínimos de seguridad.
Y, con el fin de que todo funcione de manera correcta, se incluyen 36 compuertas, más 10 válvulas y 21 estaciones de bombeo. Como se puede notar, el sistema de alcantarillado va mucho más allá de las tapas de alcantarillas que vemos colocadas por toda la ciudad.
Sistema de depuración del agua
Ahora bien, el sistema de depuración del agua se gestiona a través de 2 fases bien definidas. La primera consiste en eliminar los elementos más visibles y pesados, aquí se incluye la basura que se haya filtrado, los desechos de la naturaleza como palos, ramas y hojas, entre otros. También se hace el trabajo con respecto al lodo y la arena que pueda existir, y que se logra separar gracias a las zonas de sedimentación.
En esta misma fase, se extrae toda la espuma que ha sido producida, ya sea que se trate de algo por condiciones naturales o producto del uso de detergentes. Asimismo, se extraen las partículas flotantes que sean de pequeño tamaño y que se logra a través de distintos métodos, con sistemas de filtrado por reposo, para que se coloquen en el fondo de recipientes o con el uso de sulfato de hierro, que acelera su descanso para trabajarlas en los canales de sedimentación.
En la segunda fase se trabaja a nivel más químico, buscando que las partículas microscópicas que hayan quedado incluidas dentro del líquido se vuelvan inocuas. Aún así, se pasa una vez más por cámaras de sedimentación para evitar que queden residuos.
Ya culminadas ambas etapas, se encuentra esta agua lo suficientemente tratada para verterse, sin que existan riesgos de causar un impacto negativo sobre el medioambiente.
Es importante considerar que nosotros podemos ser parte del apoyo a la gestión de un agua tratada menos contaminada. Para ello, debemos asegurarnos de no desechar por las tuberías, elementos sólidos que puedan sacarse en la basura. Aún así, cuando ocurre cualquier problema, lo mejor es solicitar un servicio de desatasco en Barcelona.
Los que ejercen esta función, son profesionales preparados para liberar las tuberías de elementos que impidan el libre flujo del líquido, ya sea en los fregaderos, los inodoros, sumideros, bajantes, etcétera.
Pero no sólo eso, porque también son capaces de ofrecer el mantenimiento apropiado para el propio alcantarillado, asegurándose de que todo el proceso descrito más arriba, pueda ser ejecutado adecuadamente. Y, para las zonas donde no existen tuberías de aguas residuales, también deberían ser capaces de trabajar con pozos sépticos.
El futuro de los sistemas de alcantarillados
Gracias a la tecnología, muchos de los procesos que llevamos a cabo hoy en día, se ejecutan de forma mucho más sencilla, y a las alcantarillas también le corresponde su cuota de participación. Para ello, es útil ver las propuestas que avanzan en la materia, tal y como las medidas de saneamiento del Ayuntamiento de Barcelona.
A lo largo de su historia, Barcelona ha pasado por distintos procesos de trabajo en los alcantarillados, realizando mejoras en distintos aspectos, y proyectando aún muchos más cambios positivos para el futuro.
En vista de esto, vale la pena revisar cómo ha sido el proceso de cambios en este sentido:
– El plan de García Faria (1886): lo más relevante de este plan fue el seccionamiento de la ciudad para mayor efectividad en el proceso de limpieza. Además, se trabajaba con apoyo de la gravedad y el mantenimiento se hacía a través de brigadas dispuestas para tal fin.
– El plan Villalta (1968): en este caso, la ciudad ya tenía un crecimiento habitacional importante y se empezaba a notar el déficit en los sistemas de alcantarillados y sus vertederos. De allí que se empezara a utilizar el agua tratada en sistemas de riego y en usos industriales. También se instalan dos importantes depuradoras: Besós y Bogatell.
– Plan especial de alcantarillado de Barcelona (1988): se incluye la informática para detectar los puntos inundables con mayor facilidad. También se incrementa el número de los colectores ya existentes y se empieza a trabajar de forma más organizada el tratamiento de aguas de las grandes avenidas.
– Plan especial de alcantarillado de Barcelona (1997): la tecnología se incursiona con mayor énfasis, permitiendo crear un sistema mucho más avanzado y eficiente, donde se cuenta el sistema de modelización, el de información territorial y el de telecontrol.
Que las alcantarillas funcionen correctamente es indispensable para el sostenimiento de las grandes ciudades y vemos que en casos como el de Barcelona, las autoridades no han escatimado en gastos ni trabajo para blindar a la ciudad en este sentido.