Importancia de un tensiómetro
Un tensiómetro es una herramienta imprescindible dicho como consejo de vida saludable. Pero a menudo son o muy caros o muy rudimentarios. Así que les recomendamos leer opiniones del omron m3, de los mejores tensiómetros.
Dichos tensiómetros nos permitirán medir la presión que ejerce la sangre sobre nuestro cuerpo, al ser esta bombeada desde el corazón, por la aorta hacia todos las demás. Así que nos hace partícipes del estado del sistema circulatorio.
La idea sin embargo es saber si tenemos una tensión alta o muy baja. Aunque hay que recordar que la tensión alta deriva muchos más problemas que la tensión baja. Y sólo en España hay 14 millones de personas con tensión alta.
Recomendamos no usar los tensiómetros de muñeca. Son los más antiguos y baratos, pero menos precisos al estar más alejados del corazón que el brazo, donde se utiliza el otro tipo.
Y es que los tensiómetros de brazo demuestran ser los más eficaces, basta con fijarse cuales utilizan las clínicas profesionales. Además los mismos médicos recomiendan estos al tener más exactitud y tino al medir la presión.
Además no es nada complicado tomarse la tensión. El proceso consiste en remangarse, ponerse el tensiómetro en el brazo izquierdo, y dejarlo en reposo, preferentemente sobre una mesa.
Una vez seguidos estos pasos se da al botón y listo. La máquina hará absolutamente todo el proceso, midiendo dos valores, la presión diastólica, y la sistólica. La primera es la presión cuando el corazón bombea sangre, el segundo cuando este está en reposo.
La máquina añadirá presión con aire, y la fuerza que ejerza conseguirá superar la tensión sanguínea. Entonces aprisiona la arteria branquial y cortar temporalmente la sangre que llega al antebrazo.
Lógicamente no se queda así, ahora el tensiómetro comenzará a expulsar aire de la bolsa poco a poco. Y el brazalete sonará, y así la sangre comenzará a circular así que la presión que ejerce la sangre es la misma que el tensiómetro.
Y así es como sabemos la presión sistólica. Posteriormente el tensiómetro se relaja, consiguiendo que circule la sangre. Cuando incluso la de baja presión logra circular, sabremos la presión diastólica.
Se pueden comprar en la farmacia del pueblo o del barrio, en una gran superficie, y cómo se recomienda, online. Y es que su relación de calidad/precio es la mejor. Pero no es el único consejo de salud que debemos dar.
Nutrición, ejercicio, agua e intelecto
Es necesario es saber el tipo de combustible con el que alimentamos esta máquina que es nuestro cuerpo. Lo primero es que debemos recomendar mucha fibra, dado que tendrá varios beneficios para nuestros mayores.
El primero es que la senectud es un auténtico desafío para que el intestino mantenga su regularidad. Es decir, prevendrá algunos dolores de estómago y por supuesto el estreñimiento. Hará una vejez más cómoda al consumidor.
Además por su capacidad de retener agua, la fibra produce una sensación de lleno importante al comerla. Y esto tiene como consecuencia que se come menos, previniendo así la obesidad y el colesterol. Y con ello enfermedades coronarias.
Y como aumenta la viscosidad intestinal, regula el nivel de glucosa en sangre al prevenir su absorción. Aunque no solo de fibra vive el hombre, así que tendremos que citar también el deporte.
El ejercicio es bueno puesto que previene enfermedades óseas como por ejemplo artritis, osteoporosis y muchas más. Es normal que haya algunas agujetas después, aunque nunca deben durar más de dos días ni ser excesivas.
Si no se está en condiciones de hacer deporte como por ejemplo salir a correr, nadar o aerobic, hay alternativas. La más común y vieja, salir a pasear, y otra muy recomendable y fácil es la bicicleta estática.
Y si lo que dice el refrán romano, cuerpo sano en mente sana, nos parece cierto debemos aplicarlo. Así que no está de más hacer algo de ejercicio intelectual. Nos referimos a prevenir el Alzheimer.
Esto es posible dado que hay estudios que demuestran que si ejercitamos la memoria, el cálculo mental o incluso el propio raciocinio, podemos evitar algunas enfermedades mentales.
En conclusión diríamos que hay que cuidarse a todos los niveles. La alimentación es obviamente básica, pero sin deporte no se puede prometer nada en salud. Y la guinda es por supuesto cuidar la mente entrenándola.
Así que eso significaría que un día desayunando kiwi, saliendo a correr unos 30 minutos o a la bicicleta estática, y terminando el día jugando un trivial ya llevaremos una vida saludable. Por nosotros, y por nuestros mayores, conviene ayudarlos a conseguir una rutina semejante.