Las distintas manifestaciones del colectivo pensionista, que están teniendo lugar en las últimas semanas, en diferentes puntos de España, están constituyendo una histórica movilización social en nuestro país. Nuestros mayores están demostrando que el camino para poder lograr progreso y avance en la sociedad, se consigue a través de la autoorganización y la movilización en las calles.
Estas movilizaciones masivas del colectivo pensionista, no solo hay que achacarlas a la reivindicación concreta, de la pérdida continuada de poder adquisitivo que están sufriendo, por la aplicación de políticas económicas regresivas; se deben fundamentalmente a la ruptura del contrato social intergeneracional, impuesto por las políticas neoliberales.
Un contrato social que se rompe por el paro y la precariedad de la juventud y por la negación de los gobiernos a garantizar el sistema público de pensiones, no solo por medio de las cotizaciones de los trabajadores, sino también por la vía de nuevos impuestos o directamente a través de los Presupuestos Generales del Estado, como sucede en numerosos países europeos.
LOS JÓVENES
Ante esta tesitura, se hace imprescindible que los jóvenes se sumen de la mano de sus mayores, a unas movilizaciones que tienen que ver con garantizar un sistema público de pensiones, que no solo hay que conseguirlo para los pensionistas de hoy, sino que hay que consolidarlo para las pensiones del mañana.
Y en este contexto, es fundamental que los jóvenes luchen no solo por el bienestar de sus mayores, sino por exigir salarios y trabajos dignos que sirvan para reconstruir el contrato social intergeneracional, que con su lucha nuestros mayores lograron.