Te hemos seguidos viñeta a viñeta, a través de tus libros y tus participaciones en radio: eres un creador que formas parte de la vida de todos nosotros, en mayor o menor espacio, pero de todos; porque nos has hechos sonreír y reír, y nos has hecho pensar y reflexionar.
Qué mal rollo me ha dado abrir, con las primeras luces, tan mala noticia. Esta sí que no tiene ninguna gracia, es la peor broma de la vida, cuando uno va, y se muere. Querido Forges: gracias por todo; gracias por ser, por estar y, aunque creas que te has ido, decirte que te quedas, que estás y que estás para siempre.
Tu vida es tan generosa que nos ha colonizado con dardos tan entrañables como agridulces, en minimomentos que recordamos y repetimos, en invitaciones que nos unen con ese “¿has visto hoy la de Forges?”. “¡Qué bueno tío!”. Y otra breve historia dibujada y rubricada por ti, que colgamos en el tablón del periódico, o pegamos en la nevera, o en la pared del estudio, o en la carpeta de ir a clase.
Mi querido Forges: espero que esta sea la última mala noticia que nos das, porque ya sabes que, ‘de esas’, estamos colmados. Cuídate mucho y cuídanos como siempre lo haces. Un abrazo en la distancia.