La grave crisis sanitaria ocasionada por la pandemia del Coronavirus, que estamos viviendo en España y en el mundo, nos sitúa ante el espejo de las consecuencias negativas que tiene, recortar los presupuestos públicos que se destinan al ámbito sanitario.
NUESTRO PAÍS, COMO EJEMPLO NEGATIVO DE ELLO
Con el pretexto de la crisis económica de 2008, los gobiernos de la derecha del PP en nuestro país, llevaron a cabo un recorte sistemático de todos los servicios públicos, y en particular de nuestra sanidad pública.
Casi una década de unos recortes que dejaron muy mermados al sistema público sanitario, y a todos sus profesionales.
Y estos recortes no solo fueron sangrantes por la pérdida de calidad de un servicio esencial para nuestra sociedad, ni tampoco porque se trasladara en pérdida de recursos humanos y materiales claves para el funcionamiento del sistema, sino principalmente porque cuando se recorta en los ejes esenciales para una sociedad, como puede ser la sanidad o la educación, eso en el caso del sistema público sanitario, se traduce en muertes.
Como han demostrado los datos y continúan demostrando, los recortes en sanidad, producen muertes. Y es tremendamente indigno que tengamos partidos políticos o gobiernos, que antepongan los intereses económicos a las vidas humanas.
LA FACTURA DE LOS RECORTES SANITARIOS EN ESPAÑA, SE VE AHORA
La factura de los tremendos recortes que sufrió nuestro sistema sanitario público, lo sufre ahora la ciudadanía en una crisis sanitaria como la del Coronavirus, que está poniendo al descubierto la falta de medios humanos y materiales que tienen nuestros profesionales sanitarios, en su combate con esta enfermedad.
Cuando superemos todas las consecuencias de esta pandemia, tendremos que tomar nota para siempre que nunca se tienen que recortar servicios públicos tan fundamentales como la sanidad, y tendremos que demandar a nuestros gobiernos, desde la movilización de la ciudadanía, que la sanidad pública, la educación pública y los servicios sociales públicos tienen que ser blindados por la Constitución, para que ningún gobierno recorte ninguna partida de su presupuesto público.
Sin el fortalecimiento de los servicios públicos, y en particular de la sanidad, el progreso de los humanos y de nuestra vida en sociedad es imposible, como se está poniendo de manifiesto en esta crisis del Coronavirus.