«Carlota Prado, la concursante de 'Gran Hermano Revolution' (Telecinco) que denunció haber sufrido abusos sexuales en el programa en 2017, se hallaba tumbada "sin apenas moverse, boca arriba, con los ojos cerrados desde que se metió en la cama", cuando José María López, otro concursante, realizó movimientos bajo el edredón "que aparentemente pudieran consistir en penetraciones". Así lo refleja la jueza que ha investigado el caso durante dos años y que ha dado por terminada la instrucción».
Lo peor de todo esto, además del propio hecho en sí, es el silencio tan exagerado que ha mantenido no solo el programa sino la cadena. En un medio donde más de la mitad de su programación diaria se mantiene gracias a programas de telerrealidad, llama la atención que ninguno de ellos, se haya hecho eco de la noticia.
Imaginemos que el suceso hubiera sucedido en otro programa, y en otro canal, ahora mismo Telecinco estaría alimentándose de esa carne todas las horas de las que tiene disponibles en su programación, que no son pocas. Pero ellos atienden muy bien al dicho “no se muerde la mano que te da de comer”, aunque esa mano esté ocultando un caso de supuesta agresión sexual, sí, agresión porque no hubo violencia porque lamentablemente la víctima estaba tan ebria que el verdugo no necesito de esa fuerza para apropiarse de lo que no era suyo. Surgen varias preguntas sobre esta noticia:
¿Por qué nadie de realización, de cámaras, de personal, detuvo la situación en el momento que estaba sucediendo?
¿Por qué le pidieron a la víctima que callara cuando en ese mismo medio hacen alarde de dar voz a la violencia de género?
¿Por qué ese mutismo absoluto en el medio?
¿Dónde están todas las asociaciones de mujeres que no han paralizado un programa que ha consentido esto en prime time?
Cuando un suceso así se emite en un programa de tanta audiencia y no se condena, la imagen que se ofrece a la sociedad es que un abuso sexual no es tan grave, se invisibiliza hasta casi el desprecio el dolor de la víctima, lo que la hace aún más vulnerable.
Crear monstruos televisivos genera mucho beneficio económico pero también deja mucha basura, en la conciencia de cada uno, queda cómo y cuándo reciclar esa basura.