El juicio contra la asesina confesa del pequeño Gabriel, Ana Julia Quezada, ha arrancado esta mañana en la Audiencia Provinical de Almería. La dominicana, de 45 años, se enfrenta a un pleito con todas las partes en contra y con la sombra de la prisión permanente revisable sobre su cabeza por parte de la Fiscalía y de la defensa en nombre del abogado Francisco Torres.
Este juicio es transcendental para la vida social del país. Durante 12 días, millones de españoles siguieron el minuto a minuto de ls búsqueda de un niño que formó parte del día a día de los ciudadanos. Hay 17 testigos, 22 testigos-peritos y 25 peritos llamados a declarar, aparte de los padres del niño, Ángel Cruz y Patricia Ramírez, que testificarán a puerta cerrada por petición expresa a través del documento Pacto ético por la Sonrisa de Gabriel, un manifiesto que pide "especial tacto" a los medios de comunicación con el tratamiento de las sesiones. Además, otro de los objetivos del mismo sería que no hubiera filtraciones, por ejemplo, con la declaración de los padres, la abuela paterna y la prima menor de Gabriel. El próximo 11 de noviembre serán ellos, los padres, los que den su declaración ante el juez.
Hoy arranca el juicio con la formación del jurado popular y la declaración de Ana Julia, que está previsto que ocupe toda la jornada de mañana. Durante casi 10 días pasarán por delante del juez personas cuyas declaraciones son tan importantes como la anterior pareja de la mujer. Ana Julia ha entrado a la audiencia con un cambio de look: se ha alisado el pelo y tenía un semblante muy serio.
Quezada acabó con la vida del "Pescaíto" el pasado 27 de febrero presuntamente de un golpe en la cabeza con un hacha y asfixiándolo en la finca familiar de Las Hortichuelas, en Níjar (Almería). Fue detenida el 11 de marzo de 2017 en el municipio almeriense de Vícar, con el cuerpo del niño en el maletero, tapado con una manta y semidesnudo. Aparte de la pena a la que se enfrenta por la muerte del niño, la Fiscalía pide otros 10 años de cárcel y una indemnización económica de hasta 400 euros por lesiones psíquicas y daño moral a los padres. Ana Julia Quezada es la primera mujer en España que se enfrenta a la prisión permanente revisable.