La crisis interna de Podemos en Madrid ha provocado que su secretario general, Pablo Iglesias, deje por unas horas su baja por paternidad e interceda en la revolución que vive la formación. A pesar de que no ha acudido a la sede del partido, en la calle Princesa de Madrid, Iglesias ha intervenido esta tarde telefónicamente en el Consejo Ciudadano Estatal para intentar apaciguar los ánimos e instar a los militantes a mirar al candidato de Más Madrid para la presidencia de la Comunidad de Madrid, Íñigo Errejón, como "un aliado de Podemos". El único fundador de la formación morada que sigue en la misma, además, opina que el que fuera uno de los cofundadores del partido "no es un traidor", por lo que quiere buscar soluciones, no sin antes dialogar "con todos los actores".
Ninguno de los dos protagonistas del desencuentro han estado presentes en la reunión. La portavoz del partido en el Congreso y número dos del partido, Irene Montero, ha seguido a su pareja en cuanto al tono y las formas con las que se ha dirigido al exdiputado del partido. "Podemos debe ahora tener un debate sosegado y la dirección interina de nuestra organización madrileña debe bajar ese debate a los círculos", ha añadido Iglesias.
No obstante, desde el seno del partido estarían en contra que la propia directiva federal fuera la que tomara las riendas de las negociaciones. Pesos pesados del partido a nivel autonómico apuntan a que tendría que ser la dirección de Madrid la encargada de reconstruir "los puentes" que Montero acusó al propio Errejón de "haber roto".